Europa da el primer (mal) paso en el proceso de renovación del glifosato

Los cuatro estados encargados de realizar la primera evaluación del glifosato de cara a su posible renovación en 2022 sugieren que no hay riesgo para la salud humana.

La opinión se basa en estudios de la industria pero ¿qué pasa con los estudios independientes que muestran otros daños a la salud distintos del cáncer (como la disrupción endocrina) o los que demuestran los graves daños sobre la naturaleza?

Un primer mal paso

Ayer, los cuatro estados miembro de la UE encargados de iniciar el proceso de evaluación del glifosato (Francia, Hungría, Países Bajos y Suecia) publicaron una declaración que concluía que el glifosato no presenta riesgos para la salud humana.

Al grupo de los 4 países ponentes se le conoce como Grupo de Evaluación de Glifosato (AGG). El AGG presentó ayer su evaluación para la renovación a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y un informe de clasificación y etiquetado armonizados a la Agencia de Sustancias Químicas (ECHA), con las conclusiones de evaluación propuestas sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente del glifosato.

Preocupa que este informe concluye que el glifosato no presenta riesgos para la salud humana, cuando la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer dijo, en 2015, que su exposición está relacionada con el cáncer.

Efectivamente, la exposición a herbicidas a base de glifosato se ha relacionado con ciertos tipos de cáncer, así como con efectos adversos en el desarrollo y sistema hormonal, entre otros.

Por eso, el anuncio de ayer es un paso atrás y pone sobre la mesa lo problemas de falta de objetividad e independencia de la evaluación de seguridad de los pesticidas en Europa.

Renovación del glifosato en marcha

La declaración de ayer supone el primer paso en la nueva evaluación de seguridad del glifosato, cuya aprobación actual expirará en diciembre de 2022.

En 2017, y a pesar de la gran movilización ciudadana, los gobiernos europeos volvieron a autorizar la sustancia en el mercado europeo hasta diciembre de 2022.

Tanto los científicos como los grupos de la sociedad civil criticaron esta renovación por carecer de transparencia, objetividad científica y por basarse predominantemente en estudios patrocinados por la industria a expensas de los hallazgos de la literatura académica independiente.

Estas preocupaciones se vieron reforzadas después de que salieran a la luz documentos internos y correos electrónicos conocidos como «los documentos de Monsanto «, obtenidos durante los casos de litigio de Estados Unidos contra el gigante agrícola Monsanto. Estos documentos revelaron que la compañía estaba escribiendo literatura científica para afirmar la seguridad del glifosato, realizar campañas para desacreditar a los científicos académicos y ocultar las preocupaciones que conectan el glifosato con el cáncer.

A medida que la evaluación del glifosato pasa a la siguiente etapa del proceso, científicos independientes del Instituto Ramazzini están reuniendo el estudio toxicológico más grande y completo jamás realizado sobre un pesticida, el “Estudio Global glifosato”.

Puedes asistir a su presentación en un seminario especial el lunes 28 de junio.

Hay daños más allá del cáncer

La industria parece que quiere centrar la evaluación del glifosato en la supuesta falta de carcinogenidad del herbicida.

Pero esta conclusión solo tiene en cuenta los estudios de la propia industria. Es imprescindible que tanto la EFSA como la ECHA incorporen a la evaluación los resultados de estudios independientes.

Además, no debemos olvidar que hay otros efectos demostrados del glifosato. Por ejemplo, su capacidad e afectar al desarrollo y su efecto como disruptor endocrino que puede afectar a varias generaciones.

Por desgracia, los daños al sistema hormonal se están demostrando en zonas de cultivo de soja en Brasil en donde las poblaciones río abajo de los campos de uso masivo de glifosato han aumentado en 503 sus casos de mortalidad infantil al año. Recordemos que estas 503 muertes al año son reales.

Por otro lado, son constantes los estudios independientes que muestran los daños a los ecosistemas, a la fauna acuática, a los polinizadores y a la microbiota.

Artículos relacionados