Un estudio relaciona la contaminación del agua con glifosato con el gran aumento de la mortalidad infantil, mayor probabilidad de peso bajo al nacer y nacimientos prematuros que se ha observado en poblaciones brasileñas situadas «río abajo» de las zonas de producción de soja transgénica.
Conviene tener en mente estudios como éste ya que Europa se prepara para votar, en 2022, una nueva autorización de este herbicida tóxico.
Soja… ¿a qué coste real?
El glifosato es el plaguicida más popular en Brasil. Representa el 62% del total de herbicidas utilizados en el país. En 2016, sus ventas superaron a la suma de los otros siete pesticidas más comercializados.
El glifosato ha contribuido a que Brasil se convierta en el mayor productor mundial de soja transgénica tolerante al herbicida, superando a Estados Unidos.
Pero este nuevo estudio, «Río abajo: el uso del glifosato en la agricultura y sus efectos en los nacimientos de las poblaciones circundantes«, realizado por las universidades de Princeton, FGV (Fundação Getulio Vargas) e Insper, revela que esta generación de riqueza tiene un alto coste.
Según el estudio, la pulverización de glifosato en los cultivos de soja ha provocado un aumento del 5% de la mortalidad infantil en los municipios aguas abajo de las regiones sojeras.
Esto representa un total de 503 muertes infantiles al año asociadas al uso del glifosato en la producción de soja.
Glifosato y mortalidad infantil
Para evaluar los efectos de la contaminación de los ríos con glifosato, el estudio analiza las estadísticas de nacimientos de municipios aguas arriba y abajo de las zonas de producción de soja entre los años 2004 y 2010. Este periodo fue el de mayor expansión de la producción de soja transgénica, durante el cual Brasil triplicó el uso del glifosato.
Esta comparación permite ver que los municipios «río arriba», y que por tanto no reciben el agua que ha pasado por áreas de uso de glifosato, no vieron empeoradas sus estadísticas de natalidad mientras que los municipios río abajo, sí.
De esta forma tan intuitiva, confirmaron el deterioro de las condiciones de salud al nacer en los municipios que se encuentran aguas abajo de las zonas de producción de soja, en ese periodo.
Los efectos detectados son típicos de disrupción endocrina, como una mayor probabilidad de bajo peso al nacer, de nacimientos prematuros y un aumento de la mortalidad infantil.
Otros hallazgos del estudio
La investigación también demuestra que los efectos negativos sobre la salud al nacer son particularmente fuertes en los embarazos más expuestos durante el período de aplicación de glifosato, que en Brasil ocurre típicamente entre octubre y marzo, ya que la soja se siembra en el país entre octubre y enero.
El empeoramiento de los datos de nacimientos también es mayor cuando llueve más en la temporada de aplicación de glifosato. El estudio lo demuestra al cruzar las estadísticas de salud con los datos de lluvia. Este hallazgo está en línea con la idea de que una mayor parte del tóxico llega a los ríos cuando la erosión del suelo por la lluvia es mayor.
Este estudio es uno de los primeros en demostrar los efectos reales de la contaminación de los cursos de agua en zonas alejadas de las áreas de uso del glifosato.