Debemos detener la nueva guía empleada en la aprobación que plaguicidas de la UE porque permitirá el exterminio de los artrópodos no objetivo, necesarios para la vida.
Artrópodos esenciales para la vida
Europa se enfrenta actualmente a un colapso de la biodiversidad, con poblaciones de artrópodos que caen en picado a un ritmo alarmante. En algunas regiones, la biomasa de insectos ha disminuido en un 75% en 25 años por la pérdida de hábitats, la agricultura industrial y el uso desenfrenado de plaguicidas.
El grupo de los artrópodos incluye una amplia gama de invertebrados como arañas, escarabajos, milpiés, mariposas, crustáceos y colémbolos, que en conjunto, representan más del 80% de todas las especies animales conocidas en la Tierra.
Los artrópodos son absolutamente esenciales para la vida en la Tierra porque mantienen el intrincado equilibrio de la naturaleza, desempeñan innumerables funciones ecológicas, como la polinización, la regulación de las plagas de los cultivos, la descomposición, el ciclo de los nutrientes y la aireación del suelo.
Sostienen los ecosistemas y nuestra alimentación.
Pero la agricultura industrial, especialmente el uso de plaguicidas, ha provocado una drástica disminución de sus poblaciones y su diversidad, incluso en las reservas naturales.
La guía asesina de artrópodos
La Unión Europea aprueba sistemáticamente plaguicidas que son muy tóxicos para los artrópodos y que afectan negativamente a la biodiversidad, a pesar de que su Reglamento sobre plaguicidas no permite aprobar ninguna sustancia que tenga efectos inaceptables sobre el medio ambiente y sobre las especies no objetivo.
¿Cómo es esto posible? Para aprobar o no un plaguicida se comprueba su toxicidad siguiendo una serie de guías y métodos. Para medir el impacto sobre artrópodos que no están destinados a ser afectados por el plaguicida, los llamados «no objetivo o diana» (NTA por siglas en inglés), desde el 2002, la UE ha seguido como guía el «Documento de orientación sobre ecotoxicología terrestre».
Pero esta guía está influenciada por la industria. De hecho, copia directamente partes del informe ESCORT 2, documento de la propia industria que presenta métodos acientíficos y protocolos de ensayo defectuosos.
Así, gracias a la guía del 2002 se han aprobado plaguicidas cuya pulverización causa la muerte de hasta el 50% de la población de artrópodos, se emplean conceptos como el de «recuperación» que prevé la recuperación de poblaciones de artrópodos aunque un solo plaguicida cause el 100% de mortalidad de los artrópodos de prueba y solo analiza el impacto de cada plaguicida aislado.
En conclusión, la guía del 2002 ha ayudado al exterminio de artrópodos.
Por eso, ha sido criticada por la comunidad científica y los Estados miembros, sin que la Unión Europea se decidiera a revisarla.
¡La NUEVA directriz podría matar aún más artrópodos!
Por fin, en junio de 2024, la Comisión Europea ordenó la revisión de la directriz de 2002 a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) junto a la Universidad de Wageningen (WUR). Cabe destacar que otra parte de la misma universidad está realizando un trabajo similar para la industria química (CEFIC), lo que hace temer una posible influencia de la industria.
La Red Europea de Plaguicidas, PAN Europe, ha solicitado acceso a los borradores de la revisión en marcha sobre la actualización de la guía de artrópodos no diana (NTA), incluidos los informes preliminares del proyecto de investigación de la Universidad de Wageningen.
Su análisis, que recoge en el informe «Licencia para matar«, revela que la nueva guía no tiene intención de mejorar la anterior. Peor aún, pretende introducir conceptos nuevos que, de aprobarse, conducirán a una nueva guía igualmente ineficaz o incluso peor que acabará con la vida que aún logra sobrevivir en los campos agrícolas y sus alrededores.
La nueva guía mantiene las deficiencias de la anterior
No tiene en cuenta el efecto cóctel
No se tiene en cuenta el impacto de los cócteles de plaguicidas en los artrópodos no diana (NTA), por lo que el verdadero alcance del daño infligido seguirá estando muy infravalorado en la evaluación del riesgo de los plaguicidas.
Mantienen el concepto de recuperación
Siguen basándose en el desacreditado concepto de «recuperación», que se utiliza para justificar un alto nivel de mortalidad si hay indicios de que la población se recuperará en el plazo de un año. La recuperación es una suposición que carece del apoyo en las pruebas de campo, especialmente en zonas donde los refugios para las NTA son insuficientes.
No incluyen pruebas sobre especies sensibles
Por último, las especies recomendadas para las pruebas no incluyen a las especies más sensibles de artrópodos. En consecuencia, aunque la evaluación demuestre la ausencia de daños para las especies sometidas a ensayo, no hay garantía de que la misma conclusión sea válida para todas las especies de artrópodos.
Y añaden nuevas deficiencias
Dan prioridad a los servicios a humanos
Su enfoque es contrario a la legislación de la UE porque se centra en proteger aspectos específicos de los ecosistemas, dando prioridad a aquellos que proporcionan «servicios» a los seres humanos, valorando la producción agrícola como el «servicio» más importante.
¿No útil?
La EFSA y el WUR introducen la clasificación de «no útil» para organismos como saltamontes, ácaros y trips, dejando así voluntariamente a grupos enteros de criaturas desprovistas de toda protección.
En conclusión, la nueva guía no va a ser, como afirma la EFSA, «holística y de nueva generación» sino que va a favorecer la destrucción en curso de los artrópodos. Si se aplica, agravará aún más la crisis de biodiversidad.