Microplásticos infiltrados en el cerebro

microplásticos en el cerebro

Encuentran microplásticos en el cerebro, hasta el punto de que suponen el 0,5% del peso del tejido cerebral, como promedio.

Cada vez más microplásticos en el cerebro

Un estudio reciente de la Universidad de Nuevo México revela la presencia de microplásticos en el cerebro humano.

El estudio, que aún no ha sido revisado por pares, muestra otro resultado alarmante. Tras analizar los cerebros de 92 personas fallecidas entre 2016 y 2024, detectó que las que murieron en 2024 tenían un 50% más de microplásticos en su tejido cerebral: es decir, la contaminación interna aumenta cada año.

Ya no queda ningún lugar ajeno a la contaminación plástica, que se ha detectado en todo el planeta y en todos los órganos de nuestro cuerpo, como pulmones y hasta en la placenta. Las muestras analizadas tenían entre 7 y 30 veces más fragmentos diminutos de plástico que las muestras de los riñones y el hígado, según la prepublicación (imagen inferior):

microplásticos en el cerebro

Resumen de las concentraciones totales de micro y nanoplásticos procedentes de hígado, riñón y cerebro. A. Todos los datos mostrados, con la barra representando el valor medio aritmético y la desviación estándar. Los símbolos de color naranja en las muestras de cerebro de 2016 se analizaron de forma independiente en la Universidad Estatal de Oklahoma. Los asteriscos indican diferencias temporales significativas (de 2016 a 2024) mediante una prueba t no paramétrica (Mann Whitney). Las concentraciones cerebrales también fueron significativamente superiores a las hepáticas y renales, mediante ANOVA.

Según el principal responsable de la investigación, Matthew Campen, profesor de ciencias farmacéuticas en la Universidad de Nuevo México, las concentraciones detectadas en el tejido cerebral de individuos que tenían una edad de entre 45 y 50 años, fueron del 0,5% en peso del cerebro. «Eso significaría que nuestros cerebros actuales son 99,5% cerebro y el resto es plástico», concluyó.

Nuestros cerebros actuales son 99,5% cerebro y el resto es plástico

Efecto en la salud de tener microplásticos en el cerebro

Los seres humanos estamos expuestos al plástico y a los productos químicos utilizados para fabricarlo, a través del aire, el agua (se han detectado en el agua potable de varias ciudades españolas) e incluso los alimentos.

El estudio de la U. de Nuevo México afirma que para «vincular los datos de concentración de micro y nanoplásticos con resultados de salud en cohortes más grandes requerirá refinamientos de la técnica, diseños de estudio más complejos y cohortes más grandes».

Pero en sus conclusiones, relaciona la tendencia creciente en las concentraciones de micro y nanoplásticos en el cerebro y su presencia en el medio ambiente también exponencialmente creciente, con las tasas globales crecientes de enfermedad de Alzheimer y demencia, dado el papel potencial de los nanoplásticos aniónicos en la agregación de proteínas.

Además, cualquier plástico contiene sustancias introducidas como ingredientes durante su fabricación, como plastificantes, retardantes de llama, pigmentos, plomo, etc. En total, se emplean 13,000 sustancias diferentes de las que 2.400 son potencialmente preocupantes por su persistencia, bioacumulación y toxicidad, además de por migrar o liberarse de los plásticos.

Uno de los grupos de ingredientes habituales de los plásticos, con efectos de disrupción endocrina, son los ftalatos, que se relacionan con problemas de fertilidad, diversos tipos de cáncer, alteraciones del sistema endocrino e inmunológico y deterioro del aprendizaje y la memoria.

Para ilustrar los posibles efectos de el plástico en nuestro cuerpo, acudimos al famoso estudio «Respirando plástico« que recoge en la siguiente imagen los impactos en la salud que pueden ocasionar los micro y nanoplásticos:

microplásticos en el cerebro

 

Por último, la gran superficie relativa de los micro y nanoplásticos y que son en su mayoría hidrófobos, los convierten en pequeños Caballos de Troya, que introducen al cuerpo otras sustancias nocivas como patógenos, sustancias cancerígenas o disruptoras endocrinas.

Y todo lo anterior es aplicable a los ecosistemas, en los que la contaminación por plástico causa un grave daño, ya que se introducen en vegetales y animales, con un efecto devastador en la fauna silvestre.

“No queda ningún lugar intacto, desde las profundidades del mar hasta la atmósfera y el cerebro humano”

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