La Unión Europea elimina la mayor parte de las condiciones ambientales que los agricultores deberían cumplir para recibir el dinero de la Política Agraria Común y desregula las nuevas técnicas genómicas.
Voto en contra de los agricultores
Ayer, 24/04/2024, el Pleno del Parlamento Europeo apoyó la propuesta de la Comisión para eliminar la mayor parte de las condiciones ambientales necesarias para recibir el dinero público de la Política Agraria Común (PAC). Como era de esperar, las enmiendas presentadas por los Verdes, la Izquierda y los Socialistas Europeos fueron rechazadas y acabaron adoptándose las enmiendas del Partido Popular Europeo.
Una mayoría votó en contra de la enmienda que realmente habría apoyado a los agricultores estableciendo un tope a los pagos directos del primer pilar, y garantizando así una distribución más justa del presupuesto. En la actualidad, el 80% del dinero va a parar a sólo el 20% de los beneficiarios, lo que da lugar a una política profundamente viciada que favorece a las explotaciones más grandes y ricas, en detrimento de las más vulnerables.
Además, la modificación del Reglamento, que la Comisión veía como «urgente», es en realidad antidemocrática por no seguir el proceso negociador adecuado: no se ha llevado a cabo ninguna evaluación de impacto ni se ha consultado a las partes interesadas (solo se ha consultado a las grandes organizaciones de agricultores).
En pocos meses, la UE ha eliminado muchas de las condiciones ambientales de la PAC además de otra normativa ambiental, como la de reducción de plaguicidas. Lo que aparentemente es una respuesta a las protestas de los agricultores, las llamadas «tractoradas» no es sino una concesión a la industria, tanto agrícola como de plaguicidas.
Política Agraria Común antinatura
La PAC es una de las mayores políticas europeas. Cuenta con 387.000 millones de Euros de presupuesto (un tercio del presupuesto de la UE) solo para el periodo 2021-27 .
Durante muchos años, los expertos, la sociedad civil y los responsables políticos han trabajado para establecer requisitos medioambientales básicos como condición para recibir las subvenciones agrícolas.
Gracias a la votación de ayer, las Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM) ya no son obligatorias para acceder a las subvenciones de la PAC. Entre las buenas prácticas abandonadas están las rotaciones de cultivos (se podrán cultivar las mismas especies en una misma parcela) y los barbechos (tierras sin labrar), necesarios para mantener la biodiversidad, asegurar la regeneración de los suelos y luchar contra la erosión. También se podrán aplicar medidas más flexibles para cubiertas vegetales y pastos permanentes.
En un momento de colapso de la biodiversidad, crisis climática y contaminación ambiental, eliminar las condiciones que cuidan la naturaleza de las ayudas a los agricultores va en contra de todas las recomendaciones científicas. Y por supuesto, en contra de la naturaleza y de la seguridad alimentaria.
Vía libre a la desregulación de los nuevos OGM
El mismo día, el Parlamento Europeo ha reafirmado su posición adoptada en febrero de 2024 apoyando la desregulación de las nuevas técnicas genómicas (NGT) y abriendo la puerta a su difusión sin ninguna trazabilidad a través del reglamento sobre la comercialización de semillas.
Desde un punto de vista ambiental y de salud pública es inaceptable que el Parlamento Europeo consolide su posición mientras muchas cuestiones clave siguen sin resolverse: ampliación del ámbito de aplicación de las patentes sobre NGT a las semillas tradicionales, violación del principio de precaución, dictámenes negativos de varias agencias europeas, la evaluación de impacto de la Comisión sobre las patentes y el dictamen de la EFSA, que aún no ha sido publicado.
La propuesta legislativa aprobada concede a las empresas el derecho a comercializar nuevos OGM sin ningún tipo de obligaciones en materia de seguridad, control y responsabilidad, poniendo en peligro la salud humana, la naturaleza y los derechos de los agricultores.
Regalos envenenados
Tanto la eliminación de los requisitos ambientales de la PAC como la aprobación de la propuesta de ley de las NGT han sido regalos envenenados, una instrumentalización de las protestas del campo, que favorecen a la industria agraria y de plaguicidas.
Pero por desgracia, van a empeorar la vida de las agricultoras, que quedan en desventaja para adaptarse a la desertificación y al cambio climático, a la desaparición de polinizadores y a la pérdida de suelo fértil por la erosión. Por no hablar de que la agricultura seguirá dependiendo de plaguicidas y fertilizantes químicos durante años, poniendo el peligro la salud de las agricultoras, de la población y la biodiversidad.
Algún día, se entenderá que necesitamos la naturaleza para poder comer y ser libres.