El tamaño del pene aquí sí es importante porque sirve de indicador del nivel de contaminación y los efectos en la salud que producen los disruptores endocrinos.
Aumento de la infertilidad en Occidente
La infertilidad está aumentando en los últimos cuarenta años en Occidente. Y la causa principal es la exposición a disruptores endocrinos, sustancias que jaquean el sistema hormonal.
Éste sería un ejemplo simple de cómo los contaminantes hormonales jaquean el sistema: imaginemos que nuestro cuerpo «nota» la presencia de una hormona X. En respuesta, desencadena una reacción importante (por ejemplo, el comienzo de la pubertad). Pero si lo que percibe son disruptores endocrinos que imitan a las hormonas naturales, iniciará una respuesta inadecuada en un momento inadecuado (por ejemplo, iniciar la pubertad años antes de cuando toca). Muchas enfermedades, desde diabetes a infertilidad, se derivan de esta alteración del funcionamiento hormonal.
Con éste y otros procesos de engaño al sistema hormonal, los disruptores endocrinos han causado, según una revisión de estudios, una disminución media en el número de espermatozoides de casi el 60% en los hombres europeos, norteamericanos y australianos.
Al mismo tiempo, la infertilidad femenina también aumenta. La Doctora Shanna Swan, profesora de medicina ambiental y salud pública en la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí de Nueva York, afirma que, si no se hace nada al respecto, a mediados de siglo una gran parte de la población mundial podría tener dificultades para reproducirse de forma natural.
El gráfico anterior, que muestra el descenso del recuento de espermatozoides, se extrapoló inicialmente sólo hasta 2011. A este ritmo, el recuento llegará a cero en 2045 según Swan.
Disminución del tamaño del pene
La Doctora Shanna Swan recoge los anteriores resultados en su libro «Cuenta atrás».
Pero además, en este libro aporta datos sobre experimentos que exponen a ratas de laboratorio a ftalatos, un tipo de disruptores endocrinos muy habituales en plásticos y cosméticos.
En la fase inicial de gestación de ratas no expuestas a ftalatos, el nivel de testosterona alcanza un pico máximo entre el día 18 y el día 22. Sin embargo, cuando una rata es expuesta a estas sustancias, el pico queda «completamente borrado». Es decir, la testosterona no está disponible para la formación adecuada del aparato genital masculino.
La Doctora Swan llama a este efecto el «síndrome de los ftalatos«, y provoca la reducción del tamaño del pene. También que no desciendan los testículos fuera del abdomen (criptorquidia) y otros daños a la salud.
Según la Dra. Swan, este síndrome también se produce en humanos.
«Además, las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino parecen tener un efecto sobre la salud general y la longevidad, y persistir a través de las generaciones y en el medio ambiente» ha declarado Swan.
¿Qué hacer al respecto?
Según la epidemióloga, para evitar esta catástrofe, la exposición a las sustancias químicas disruptoras endocrinas «debe cesar».
Estas sustancias dañan a la salud, a la fauna y al medio ambiente. Y tienen efectos a través de generaciones, por lo que estamos poniendo en peligro a las generaciones futuras. Por eso, «tienen que ser retiradas del mercado».
En Europa, aún seguimos peleando por una legislación horizontal que prohíba grupos de sustancias con evidencia clara de que pueden afectar al sistema hormonal (por ejemplo, prohibir todos los bisfenoles, no solo el bisfenol A). Aunque el debate político es demasiado lento y la presión de la industria es muy fuerte, esperamos un avance legislativo en los próximos meses.