Maravilloso y argumentado alegato del Doctor en Ingeniería Agrónoma y Premio FAO 2012, José Esquinas a favor de una agricultura no industrial, que puso el broche final de la jornada de la Semana sin Pesticidas organizada en Madrid por Ecologistas en Acción, Wemove, Fundación Alborada y Fundación Vivosano.
Los 30 años de experiencia en la organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ocupándose de la «ética de la producción» permiten a Pepe Esquinas una reflexión muy lúcida sobre el actual sistema de producción de alimentos.
¿Se necesita una agricultura industrial dependiente de los pesticidas para alimentar el mundo?
No, según el reciente Informe de la Asamblea General de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en donde, según Esquinas, los lobbies de la industria agroalimentaria tienen una presencia menor que en otras áreas de la organización internacional.
Este valiente informe denuncia que:
• los pesticidas no son imprescindibles
• se produce más de lo que se necesita
• la agroecología puede alimentar el mundo
• es necesario un tratado internacional vinculante que homogeneice las normas
El sistema agroalimentario actual produce un 60% más de lo que necesita el mundo. Aún así cada día mueren de hambre y malnutrición 40.000 personas.
El problema es de acceso a los alimentos: están pero no llegan a la boca de los que tienen hambre, para eso es necesaria la producción local.
No hay una única solución
Aunque acepta que no hay soluciones únicas a nivel mundial, apunta varias claves:
- La soberanía alimentaria frente a seguridad alimentaria: un país no debe depender del comercio internacional para comprar sus alimentos.
- Defensa de la agricultura familiar: a la que se debe el 78% de los alimentos que de verdad llegan a la boca.
- Lucha contra el desperdicio de alimentos: 1300 millones de toneladas (7,7 sólo en España), acaban en el cubo de la basura. Para producirlos, se han utilizado 1400 millones de hectáreas, la cuarta parte del total de agua utilizada en la alimentación, 300 millones de barriles de petróleo y más del 18% de GEI. De media, los alimentos de España han recorrido 2500 km.
Estos datos son un crimen contra la humanidad, según Esquinas.
El oligopolio de la alimentación industrial
La reciente fusión de grandes corporaciones agroindustriales y el peligroso control internacional que las mismas ejercen sobre las semillas y los agroquímicos, hace más necesario que nunca un tratado internacional que regule y elimine el uso de pesticidas peligrosos y avance hacia métodos agrícolas sostenibles, ecológicos y saludables.
Los tres monstruos surgidos de las fusiones de Bayer-Monsanto, Syngenta-ChemChina y Dow-Dupont controlarán el 70% de las semillas y el 65% de la producción mundial de pesticidas.
Pérdida de biodiversidad
Se ha perdido el 90% de las variedades de los principales cultivos: de las 8.000 a 10.000 especies que ha utilizado desde el inicio de la agricultura, en la actualidad se cultivan comercialmente tan sólo 50, y sólo 4 cultivos contribuyen al 60% de las calorías humanas. Estos datos contribuyen a favorecer el control de los alimentos por parte de las grandes corporaciones.
En España, el siglo pasado el 60% de la población se dedicaba a la agricultura. Hoy, tan sólo el 2.5%. Pero las y los consumidores somos el 100% de la población. Y es a través del consumo como podemos cambiar la sociedad, siendo conscientes de que el consumo no es una acto inocuo, es un acto político.
Consumir bueno, limpio y justo. Además, a ser posible local y estacional. Debemos transformar pacíficamente nuestro carro de la compra en un carro de combate.