Breast Cancer Fund, organización dedicada a la prevención del cáncer de mama, ha realizado una revisión exhaustiva de evidencias científicas que relacionan las exposiciones a tóxicos y radiaciones en el ambiente laboral con el riesgo de que las mujeres padezcan este tipo de cáncer.
En cuanto a los tóxicos, según sea su ocupación la mujer puede verse expuesta a contaminantes hormonales o disruptores endocrinos (EDCs), relacionados con la aparición de cáncer en órganos dependientes de las hormonas. En el caso particular del cáncer de mama, existen estudios que indican la relación entre la exposición a EDCs y la aparición de esta enfermedad, incluso si se trata de exposición intrauterina. Un estudio desarrollado durante 50 años en California mostró la relación entre la exposición intrauterina a DDT y el desarrollo de cáncer de mama a los 50 años. Otro estudio, realizado esta vez con mujeres de Granada y Almería, evidencia la relación de la exposición a contaminantes hormonales ambientales con una mayor incidencia del cáncer de mama.
Según la revisión del Breast Cancer Fund, éstas son las ocupaciones con un riesgo de cáncer de mama mayor que el resto:
- Las técnicas de laboratorio, trabajadoras de fábrica y otras profesiones que utilizan disolventes químicos tienen un riesgo 3 veces mayor que el resto de desarrollar cáncer.
- Las enfermeras, con un riesgo de más del 50% mayor que el resto de la población.
- Las técnicas de radiología: tienen el doble de riesgo
- Las profesoras tienen el doble de riesgo de padecer cáncer de mama
- Las bibliotecarias, abogadas, periodistas y otras profesionales: que tienen un riesgo cuatro veces mayor.
- Otras profesionales, como trabajadoras de empresas de alimentación y bebidas, maquilladoras y peluqueras, tienen un riesgo de desarrollar cáncer de mama cinco veces mayor a la media y requieren una investigación aún mayor.
Algunas de las hipótesis que maneja el estudio son la exposición a radiación, ftalatos y BisfenolA en el caso de las enfermeras, la exposición a BisfenolA de las latas de la industria alimentaria, los productos químicos habituales de la industria textil, peluquerías y maquillajes, el óxido de etileno, presente en las industrias de la salud o el benceno, presente en la fabricación de plástico, imprentas, servicio doméstico, etc..
El estudio ha tenido en cuenta el sesgo que incluye el retraso de la edad de maternidad en algunas profesiones, ya que es en sí mismo, un factor de riesgo para el cáncer de mama.
La incidencia de cáncer de mama en hombres es sólo un 1% respecto a las mujeres. Aun así, existen estudios que relacionan los casos de cáncer de pecho en hombres con la exposición a benceno, contaminante hormonal presente en las gasolinas.
Según sus conclusiones, el lugar de trabajo puede ser un factor muy importante que influye en el riesgo de desarrollar un cáncer de mama y es necesario que las autoridades tengan en cuenta esta evidencia científica para proteger adecuadamente a las trabajadoras.
Sólo en EEUU estiman que 50.000 trabajadores al año mueren por exposición en el pasado a sustancias tóxicas. Las trabajadoras expuestas a dosis regulares de tóxicos y radiaciones tienen derecho a conocer a qué sustancias están expuestas, cuáles son los impactos potenciales en su salud y a que se tomen todas las medidas necesarias para evitar la exposición a EDCs.
Puedes descargar el estudio de Breast Cancer Fund aquí
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