60% de los peces exceden el nivel de seguridad propuesto para el cancerígeno PFOS

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El 60% de los peces de los ríos españoles superan el umbral de seguridad propuesto para el cancerígeno PFOS, un tóxico de la familia de los PFAS, sustancias tan persistentes que han recibido el nombre de ‘forever chemicals’.

Peces contaminados por PFOS

El 60% de los peces de ríos españoles superan el límite de seguridad de 77 nanogramos por kilogramo de peso húmedo de pez propuesto por la Comisión Europea en 2022

Este otoño entrará en vigor el nuevo límite de seguridad, un umbral grupal para 24 PFAS propuesto por la Comisión Europea en 2022, cuyo objetivo es proteger la salud de las aguas superficiales y subterráneas y de la fauna. Entre esas 24 sustancias está el PFOS (ácido perfluorooctanoico), una sustancia muy persistente que además se ha identificado como posiblemente cancerígena para los seres humanos.

Hasta ahora, el límite vigente de la Directiva Marco del Agua (2000/60/CE) permitía mil veces más contaminación, concretamente 9,1 microgramos por kilogramo de peso húmedo. Aún siendo un límite muy permisivo, el 25% de los peces analizados en España en 2023 lo superaba. 

Estos son los resultados de este estudio publicado por la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB en inglés) en el que ha colaborado Ecologistas en Acción proporcionando los datos de análisis de biota realizados en España en 2023 por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

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Los valores más altos de PFOS detectados en España pertenecían a muestras tomadas en Camargo, con 612 μg/kg, y Amoroto, con 473 μg/kg, que superan por mucho la norma del año 2013 pero mucho más el nuevo umbral de seguridad.

Ecologistas en Acción ya está preguntando a las administraciones competentes por las posibles causas de estos altísimos valores y las medidas que proponen para su remediación.

Peces analizados en España

El estudio publicado evalúa datos de seguimiento de PFOS en peces de siete Estados miembros de la UE: Austria, Francia, Alemania, Italia, Polonia, España y Suecia.

En España, los datos parten de las analíticas que el Ministerio de Transición Ecológica ha realizado sobre 20 especies diferentes, entre las que se encuentran carpas, lucios, percas, truchas, tencas, pez gato, gobio, mujoles, siluros, bermejuelas y sarbos.

¿Y qué pasa si alguien pesca esos peces y se los come?

En el caso de que se dediquen a la alimentación, los niveles ‘aceptables’ de contaminación  están regulados en el Reglamento de la UE sobre productos alimenticios (Reglamento 2023/915/UE), que establece un nivel máximo para la suma de 4 de las sustancias perfluoroalquílicas (el PFOS, PFOA, PFNA y PFHxS) en el músculo del pescado de 2 μg/kg de peso en húmedo. Para algunas especies, y solo si se destinan al consumo de personas adultas, se permiten umbrales más altos (entre 8 y 45 μg/kg ww).

La principal vía de absorción humana de PFAS es a través del consumo de alimentos y bebidas. El pescado y el marisco han demostrado ser una fuente especialmente importante. Según el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos, el consumo de pescado puede representar casi el 90% de la exposición total a PFOS a través de la dieta.

Otra investigación que recogimos aquí desveló que el 69% del pescado (en este caso, de pescadería) analizado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria está contaminado por alguno de esos 4 PFAS:

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Contaminación de alimentos europeos con PFAS, estudio de Générations Futures

Los PFAS superan el límite planetario

Limitar cuanto antes las emisiones de PFAS al medio ambiente es la única solución a esta contaminación tan persistente como tóxica.

Para ello se debe actuar en primer lugar en su fabricación, que ha contaminado 100 000 emplazamientos en toda Europa, según un estudio del Consejo Nórdico de Ministros.

Una investigación periodística paneuropea identificó más de 2100 emplazamientos en Europa como puntos críticos de PFAS, es decir, lugares en los que la contaminación alcanza niveles considerados peligrosos para la salud de las personas expuestas.

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Mapa de la investigación ‘Forever pollution’ de Le Monde.

La Agencia Europea de Sustancias Químicas estima que cada año se utilizan y comercializan casi un millón de toneladas de PFAS, con una tendencia al alza. En Europa en 2020, los volúmenes de producción estimados de PFAS oscilaron entre 120 000 y 400 000 toneladas.

La población europea ya está expuesta a niveles excesivos de PFAS. Una evaluación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), basada en el análisis de muestras de alimentos de 16 Estados miembros de la UE, incluido el agua potable, reveló que los niveles de exposición de los adultos a los cuatro PFAS analizados (PFOA, PFNA, PFHxS y PFOS; denominados conjuntamente PFAS-4), son cinco veces superiores a la ingesta máxima semanal recomendada.

En el caso de los niños y los lactantes, la exposición es aún mayor.

Daños a la salud

Muchos de los 10.000 PFAS producidos son contaminantes hormonales o disruptores endocrinos, cuya exposición se relaciona con una serie de efectos negativos para la salud humana, desde problemas de desarrollo hasta la aparición de cáncer, daños hepáticos, enfermedades tiroideas, obesidad y problemas reproductivos.

Debido a sus propiedades disruptoras endocrinas, no es posible establecer límites seguros en los que se puedan descartar los efectos nocivos: cualquier nivel puede causar daños.

Limitar la contaminación del agua por PFAS es fundamental para limitar la exposición humana a través del consumo de pescado y marisco, así como a través del agua potable, al tiempo que se protege la biodiversidad y los sectores económicos que dependen de estos recursos.

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