¿Qué agua bebemos?

Historia del agua embotellada, campaña de http://storyofstuff.org/

Recientemente, hemos comentado un estudio científico realizado por el equipo del Instituto de Investigación Biosanitaria ibs. Granada, en el que señalábamos los resultados del análisis del agua embotellada de venta en el Sur de España. Los resultados evidenciaban que el agua embotellada es una fuente de contaminantes hormonales, también llamados EDCs por sus siglas en inglés (endocrine disruptor chemicals).

Pero no sólo el agua embotellada: muchos productos de uso diario liberan pequeñas cantidades de sustancias que alteran el funcionamiento de nuestro sistema endocrino, poniendo en peligro nuestra salud y la de futuras generaciones, a pesar de cumplir los límites legales.

La campaña de EDC Free Europa, de la que Ecologistas en Acción es socio, surgió para denunciar esta situación de contaminación ubicua a la que nos vemos expuestos los europeos. Colaboramos en esta campaña 50 grupos europeos, desde organizaciones ecologistas a profesionales de la salud, grupos de mujeres y grupos de consumidores, con el objetivo común de informar a la población sobre los peligros de los contaminantes hormonales (EDCs) y hacer presión a las autoridades para avanzar en el desarrollo de legislación que limite la exposición.

ENVASES DE PLÁSTICO Y ALIMENTOS: UN TEMA CLAVE DE LA CAMPAÑA

Uno de los aspectos que más se trabaja en la campaña es la liberación de tóxicos desde los envases de plástico a los alimentos y bebidas. Efectivamente, en los últimos años, se han multiplicado el número de estudios que evidencian que esta contaminación existe. Gracias a estas investigaciones y a la campaña EDCFree Europe, se ha conseguido limitar la cantidad de contaminantes hormonales en muchos productos, desde los biberones a los juguetes infantiles. Por ejemplo, Francia ha prohibido el uso de bisfenol A (BPA) en envases alimentarios y en papel térmico.

En lo relativo al agua, diversos estudios evidencian la liberación de contaminantes desde las botellas de plástico al líquido que contienen. Además del citado en el post anterior, pueden revisarse los estudios de Wagner M, Oehlmann J.:

«Nuestros resultados demuestran una contaminación generalizada del agua mineral con xenoestrógenos que se originan parcialmente de los compuestos liberados del material del envase plástico»

La investigación desarrollada en Granada también encontró contaminantes en las botellas de vidrio, pero en cantidad menor y procedentes de los tapones y del proceso de embotellado y limpieza. El vidrio no libera contaminantes hormonales, por lo tanto, el agua en botella de vidrio es más recomendable que en plástico, sobre todo si se va a reutilizar.

EL AGUA DE RED

Las organizaciones ecologistas defendemos el derecho a tener un agua de red saludable y exigimos a nuestras autoridades que velen por la calidad del agua. Son muchas las razones que nos llevan a demandar un agua de grifo limpia y sin contaminantes: primero, que se trata de un derecho, por el que además, pagamos. Segundo, que el consumo de agua embotellada supone un coste extra para el consumidor, ya que el agua embotellada puede llegar a ser hasta 2.000 veces más cara que la de grifo. Y esto incluso en los casos, en los que el agua embotellada es agua de red tratada, como ocurre con un tercio del agua embotellada de Estados Unidos. Y tercero, el agua embotellada tiene un altísimo coste ecológico, por la fabricación de las botellas, su transporte y la generación de residuos, que en demasiadas ocasiones no se reciclan o se llevan a países del tercer mundo.

Por estas razones, defendemos el consumo de agua de red. Aunque hay zonas de la Península que tienen un agua de muy buena calidad, somos conscientes de que en otras zonas el agua tiene malas condiciones organolépticas. Además, en algunas zonas, el agua de grifo puede estar contaminada con sustancias tóxicas, como el lindano en la cuenca del río Gállego, o con sustancias generadas en el propio proceso de depuración, como los trihalometanos, por citar dos ejemplos. En el caso de los contaminantes hormonales, no existen estudios que evidencien su presencia. Es un tema que las autoridades deberían vigilar, sobre todo en zonas cuyas fuentes de agua puedan contaminarse con plaguicidas, residuos industriales,etc. Los estudios que hemos comentado muestran que los EDC encontrados en el agua embotellada en plástico proceden del envase.

Cuando el agua de grifo no es de calidad, además de exigir a las autoridades que garanticen un suministro adecuado, se pueden utilizar distintos sistemas de filtrado, por ejemplo los filtros de carbón activo.  Y en los casos en que el agua de red no pueda beberse, porque afecte a la salud o al bienestar, el agua embotellada en envase de vidrio es la mejor solución.

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