Algunos perfumes son tóxicos porque contaminan tu cuerpo con disruptores endocrinos relacionados con daños a la salud. Veremos las causas y consejos para evitar daños.
Si miras los ingredientes de cualquier cosmético, e incluso de productos de limpieza, verás únicamente la palabra «Fragancia» o «Fragrance«, que queda como más chic. Pero los componentes se mantienen en secreto.
Tras la palabra fragancia se esconden dos graves secretos, que intentaremos desvelar:
1 Están fabricadas con sustancias tóxicas
El origen de los perfumes tóxicos está, en primer lugar, en las fragancias artificiales que emplean, fabricadas con miles de sustancias (unos 4.000 productos químicos utilizados por la industria) muchas de las cuales tienen graves efectos para la salud.
Según un análisis de fragancias en productos cosméticos realizado por Breast Cancer Prevention Partners, muchas de esas sustancias son disruptores endocrinos relacionados con el desarrollo de cáncer de órganos hormono-dependientes (como el cáncer de mama), problemas de nacimiento y otros problemas de salud crónicos.
El estudio concluyó que el 75% de sustancias escondidas tras la palabra fragancia son tóxicos relacionados con daños crónicos para la salud. Y esto sólo tras analizar en el laboratorio 100 productos de cuidado personal y 40 productos de limpieza.
2 «Pegan» la fragancia al producto con ftalatos
Otra causa de los perfumes tóxicos está en cómo se pega la fragancia al producto. ¿Cómo hacen para que un limpiador, cuyos ingredientes no han estado jamás en un bosque, huela a pino?
Desde hace años, el grupo de investigación europeo DEMOCOPHES se devana los sesos por averiguar porqué la infancia española tiene la concentración más elevada de ftalatos en orina y pelo de Europa. No sólo eso, también en averiguar porqué la concentración de ftalatos es superior a la de sus madres. La concentración de una sustancia en concreto, el MEP (monoetil ftalato), llamó su atención por ser seis veces mayor en la infancia española que la media europea.
Su principal hipótesis para responder al misterio se encuentra en el uso de productos de higiene y limpieza. El MEP es un metabolito del DEP (Dietilftalato), utilizado para fijar los perfumes de colonias, jabones o cremas.
Las fragancias pueden tener hasta un 50% de DEP y suponen en torno al 2% de la composición de los productos cosméticos.
Los ftalatos son derivados del petróleo que actúan como contaminantes hormonales, es decir, afectan a nuestro sistema hormonal. En concreto, se asocian con cambios en el sistema hormonal que pueden causar disminución de la fertilidad, partos prematuros o la aparición de defectos en órganos genitales, entre otros.
Consejos para escapar de las fragancias
Cambia el chip, rechaza las fragancias. Cada vez más personas rechazan los perfumes porque son conscientes de los efectos inmediatos que les producen, como mareos y malestar. En muchos centros de trabajo se hace presión para que no se usen perfumes que afectan a la salud.
Opta por productos naturales, sin sustancias tóxicas, sin derivados del petróleo, sin fragancias o con fragancias 100% naturales. Muchos de estos productos están certificados con sellos como Ecocert, «Certified natural cosmetics« y otros.
Elige los perfumes que tengan un olor menos permanente (si no puedes vivir sin perfume).
No los pongas en tu piel, que absorberá los disruptores endocrinos, sino en tu ropa.
Estos consejos son aun más importantes si estás embarazada o si te encargas del cuidado de bebés. Evita perfumes en su piel o en sus manos, que suelen llevarse a la boca. ¡Ah! Y ni se te ocurra perfumar a recién nacidas porque el perfume te impedirá percibir el olor de tu bebé, imprescindible para establecer el vínculo entre ambos.