Se trata de la primera ocasión en que la Unión Europea no renueva el permiso a un plaguicida extensamente utilizado sobre alimentos como peras, uvas, patatas, tomates o cebollas. La razón: es un disruptor endocrino además de tóxico para la reproducción.
El fungicida Mancozeb
El plaguicida disruptor endocrino que desaparecerá de nuestra comida se llama Mancozeb y es un ditiocarbamato. Los ditiocarbamatos son fungicidas de contacto, que se utilizan para impedir el crecimiento de hongos y moho en una amplia variedad de cultivos como peras, uvas, patatas, trigo cebollas, etc.
Es el séptimo plaguicida más vendido en España según los últimos datos disponibles de 2018 (no publicados aún), por lo que la decisión europea se ha enfrentado a una fuerte presión de la industria de pesticidas.
El mancozeb está registrado y lleva comercializándose desde 1961. A pesar de esto, la EFSA (Autoridad de Seguridad Alimentaria de la UE) sólo ha emitido una vez una opinión sobre este plaguicida, concretamente en 2019.
Toxicidad del fungicida Mancozeb
Existe una amplia la literatura científica sobre los efectos nocivos del mancozeb:
- El mancozeb figura como una sustancia tóxica para la reproducción de categoría 1B, según la Agencia Europea de Susancias Químicas. Es decir, está perfectamente probado su efecto adverso en la reproducción en animales de laboratorio aunque aún no existan suficientes estudios epidemiológicos en humanos.
- También la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluye que es un disruptor endocrino, es decir, una sustancia con capacidad de alterar el funcionamiento del sistema hormonal en seres humanos y muy probablemente en otros organismos no objetivo.
- Una de las mayores preocupaciones de los ditiocarbamatos es que su metabolito, el etilenotioureum puede afectar a la tiroides, causando bocio. Este metabolito está relacionado también con defectos en el nacimiento y cáncer en animales de experimentación. Además, el etilenotioureum ha sido clasificado como posible cancerígeno por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los EEUU.
El mancozeb ha sido un pesticida controvertido durante décadas. Lamentablemente, la UE no ha tenido en cuenta los estudios realizados por organismos independientes y ha dado prioridad a los estudios realizados por la industria.
No renovado por ser disruptor endocrino
Pero la razón que ha motivado que la licencia de este plaguicida no se renueve ha sido el hecho de que es un disruptor endocrino. Ese hecho, por sí solo, es suficiente para su prohibición tal y como establece el Anexo II 3.6.5 del Reglamento 1107/2009.
Es la primera ocasión en que un plaguicida se elimina del mercado por sus daños al sistema hormonal, un triunfo para las personas que hemos luchado porque la normativa tenga en cuenta los graves daños a la población y la biodiversidad actual y futura que causan este tipo concreto de tóxicos.
Aun así, el Mancozeb es un ejemplo más de la falta de precaución y la lentitud del sistema europeo de autorización de pesticidas. Han hecho falta 60 años de exposición y de estudios independientes que demostraran la peligrosidad de este tóxico, para que se tomen medidas para eliminarlo.