Objetivo: prohibir las sustancias que aumentan el riesgo de cáncer de mama

· Con motivo de la celebración del Día Mundial Del Cáncer de Mama incidimos en la relación que existe entre los contaminantes hormonales y el riesgo de padecer esta enfermedad.

· Hoy destacamos la peligrosidad de cuatro compuestos: el bisfenol A (BPA), el diclorodifeniltricloroetano (DDT) , el PCB y el nonifenol. De este último, permitido y comercializado a día de hoy, se tienen datos de sus riesgos desde 1988.

· Por todo ello, nos sumamos a la petición internacional de más recursos para investigación y cura del cáncer. Pero vamos más allá: exigimos normativas más fuertes para reducir y prohibir la exposición a estos químicos.


¿Qué sustancias de nuestro entorno con las que interactuamos cada día son cancerígenas? No es fácil responder esa pregunta, ni siquiera para la ciencia. La carcinogénesis (el proceso por el cual las células normales adquieren mutaciones y comienzan a reproducirse sin control) depende de diferentes mecanismos y factores.

Algunos de estos factores son genéticos, otros infecciosos (provocados por bacterias o virus) y otros, también, ambientales (como ocurre con los químicos, con el estilo de vida o la dieta). Para celebrar el Día Mundial del Cáncer De Mama queremos poner el acento en estos últimos: aquellos disruptores endocrinos que pueden alterar nuestro sistema hormonal y ser el origen de algunos cánceres de mama.

Según un estudio publicado recientemente en la revista científica Oncology Letters, los disruptores endocrinos son sustancias químicas exógenas (producidas fuera del cuerpo humano) que pueden interferir en el sistema endocrino y provocar cáncer. Esto sucede porque pueden “perjudicar la función del sistema endocrino debido a su interacción con los receptores de estrógenos o sus vías de señalización de estrógenos induciendo efectos adversos en el desarrollo mamario normal, originando el cáncer”.

Según este estudio, existe un enfoque novedoso que propone evaluar cada sustancia en función de 10 características clave de carcinógenos humanos clasificados por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). En sus conclusiones, el estudio apunta cómo los químicos más utilizados en agricultura, industria y productos de consumo tienen, al menos, cinco características clave de los carcinógenos humanos.

Se trata del bisfenol A o BPA (una sustancia plastificante), el diclorodifeniltricloroetano o DDT (un pesticida) y los bifenilos policlorados (PCB). Todos ellos cumplen con estas características:

  1. Alteran la proliferación celular, la muerte celular o el suministro de nutrientes.
  2. Son genotóxicos.
  3. Son agentes inmunosupresores.
  4. Inducen alteraciones epigenéticas.
  5. Inducen estrés oxidativo.

No es la primera vez que este blog hablamos de disruptores endocrinos y cánceres hormonodependientes. Tal y como explica el Dr. Nicolás Olea en este vídeo, la exposición a disruptores endocrinos actúa a muy bajas dosis. Se trata de un efecto que se produce por la acción combinada de muchos compuestos. Es lo que se conoce como efecto cóctel.

El ejemplo del nonifenol

Otro ejemplo de sustancias químicas, disruptoras endocrinas y con incidencia probada en el cáncer de mama son los nonilfenoles etoxilados, unos aditivos que se utilizan en la fabricación de plásticos con el que entramos en contacto a diario. Los nonilfenoles están presentes en muchos productos de nuestro entorno, como en los pigmentos utilizados en los envases de un yogur.

 

Estas sustancias surfactantes (impide que una molécula se adhiera a otra) también se han utilizado en detergentes o productos relacionados con nuestro cuerpo y nuestra salud, como son los preservativos. El gran problema estriba en que sus probables efectos para la salud fueron identificados hace más de tres décadas sin que se haya actuado al respecto.

En 1988 se descubrió que los nonilfenoles etoxilados tenían propiedades disruptoras endocrinas, con grandes sospechas de que pudiera aumentar el riesgo de cánceres hormonodependientes. Quince años después, en 2003, se describió que en España el tejido adiposo de las carpas salvajes del río Ebro tenían nonilfenoles y cómo, estos animales habían sufrido malformaciones en sus genitales.

Asimismo, durante estas décadas diversos estudios han relacionado el cáncer de próstata (que al igual que el de mama es un cáncer hormonodependiente) con la presencia de nonilfenoles en el cuerpo humano.

Sin embargo, solo en 2019, tras 32 años del descubrimiento del potencial como alterador hormonal de estas sustancias, se redactaron normas para reducir su utilización debido precisamente a ser reconocidas como disruptores endocrinos para el medio ambiente, aunque no para prohibirlos totalmente.

Más investigación y prohibición de sustancias contaminantes

Por todo lo señalado en este artículo, llegamos a dos conclusiones. La primera es que, si bien la ciencia está avanzando en la evaluación de los efectos de sustancias químicas disruptoras endocrinas, todavía existen cientos de sustancias que no han sido evaluadas. No parece una tarea sencilla ni alcanzable en el corto plazo.

La segunda: incluso con las sustancias cuyos efectos perniciosos han sido probados, la legislación se muestra laxa y permisiva. A día de hoy seguimos en contacto con sustancias que son disruptoras endocrinas, pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer pero su uso y comercialización está permitido.

Por tanto, en el Día Mundial del Cáncer de Mama demandamos a todas las administraciones e instituciones públicas que apuesten por la investigación en este campo y que prohíban las sustancias que se han demostrado dañinas para nuestra salud. Es necesario aumentar la evidencia científica en este campo y proteger nuestra salud, la de la flora y fauna, y la de las generaciones futuras.

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