Interesante documental de «El Escarabajo verde» que desvela los diferentes tóxicos que pasan desde los plásticos hasta nuestro cuerpo y con qué epidemias actuales se relacionan.
Nuestra relación tóxica con el plástico
Por suerte, cada vez somos más conscientes de la contaminación visible que ocasiona el plástico en nuestro planeta.
El siguiente paso es aprender más sobre la contaminación que ocasiona el plástico en nuestro cuerpo, la llamada contaminación interna y su relación con varias enfermedades actuales.
En efecto, este material sintético fabricado a partir del petróleo contiene multitud de sustancias tóxicas relacionadas con el cáncer y la alteración del sistema endocrino.
Entre los tóxicos presentes en el plástico más estudiados por los daños que ocasionan a la salud humana y animal se encuentran los bisfenoles (como el bisfenol A presente en el recubrimiento de las latas de alimentos), los ftalatos, habituales en juguetes, o las sustancias añadidas al plástico para que no arda, los retardantes de llama.
Todas estas sustancias son disruptores endocrinos, es decir, tóxicos que dañan al sistema hormonal y que se relacionan con epidemias en crecimientos a nivel mundial, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y los daños al desarrollo cerebral.
La industria del plástico sigue anclada en el pasado y niega el riesgo de los tóxicos presentes en sus productos. esta posición sería más creíble si hiciera accesible toda la composición del plástico en la etiqueta de sus artículos, algo que ahora no hace.
Unos de los grupos de población más expuestos a los tóxicos del plástico son los niños, la población más vulnerable a los disruptores endocrinos. Muchos juguetes están elaborados con plásticos reciclados y son los artículos con más incumplimientos de concentraciones de tóxicos (el 20% incumple las normativas).
Según los expertos, no se tiene en cuenta la acumulación de exposiciones: el plástico nos rodea y nos expone a multitud de sustancias diferentes, cuyos efectos conjuntos desconocemos.
Frente a este efecto cóctel, la única opción segura es abandonar el uso de plástico. Cada vez más personas están reduciendo el innecesario plástico que envuelve los alimentos. Pero hay mucho más plástico invisible, como el que se esconde en productos de higiene, como los microplásticos de cosméticos exfoliantes y pastas de dientes, en las cremas cosméticas industriales, en vehículos y en artículos del hogar.