La industria gastó millones en ocultar que el dióxido de titanio es cancerígeno

La industria química está gastando millones de Euros para evitar que los consumidores descubran las posibles propiedades cancerígenas del dióxido de titanio, una sustancia química blanqueadora que se utiliza en una amplia gama de productos, incluidos los alimentos y los protectores solares.

Desde pasteles de cumpleaños hasta pinturas y protectores solares, el dióxido de titanio agrega blancura y brillo a cualquier producto. Pero los esfuerzos del lobby de la industria, descubiertos esta semana, añaden un aspecto mucho más oscuro a la historia.

En una carta confidencial obtenida por el periódico POLITICO, la Asociación de Fabricantes de Dióxido de Titanio (TDMA) insta a los gobiernos de la Unión Europea a que no clasifiquen esta sustancia como sospechosa de ser cancerígena.

El grupo de presión pidió «más tiempo para construir una base científica» que contrarreste la propuesta de la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA), que obligaría a los fabricantes a poner una etiqueta de advertencia en sus productos.

La carta también revela que el grupo se ha gastado hasta el momento 14 millones de euros en un «programa científico» para contrarrestar posibles restricciones y defender los intereses comerciales de sus miembros.

La evidencia sugiere que el dióxido de titanio puede representar un riesgo para la salud. En particular, algunas nanopartículas pueden penetrar las barreras del cuerpo, como el cerebro o la placenta, y acumularse en órganos como el hígado y los pulmones.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) descubrió que el dióxido de titanio es «posiblemente carcinógeno para los humanos«, lo que llevó a Francia a anunciar una prohibición de la sustancia en los alimentos este año.

Los pasteles y otros dulces contienen los mayores niveles de óxido de titanio.

La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) también concluye que hay riesgo de que pueda causar cáncer aunque solo si se inhala, por lo que recomendó el uso de etiquetas de advertencia en toda la UE.

Los gobiernos y la Comisión Europea comenzarán a discutir el tema esta semana, en medio de una presión sin precedentes por parte de los lobistas de la industria.

Dos funcionarios de la UE, que pidieron mantenerse en el anonimato, le dijeron a POLITICO que nunca habían experimentado tanta presión de un lobby como el de la industria del dióxido de titanio.

En la carta, el grupo argumenta que el dióxido de titanio no se comercializa a los consumidores en forma de polvo inhalable y que, por lo tanto, solo puede afectar a los trabajadores en lugares de trabajo altamente expuestos. Por lo tanto, pidieron a los países que consideraran otras opciones para abordar el problema.

Por otro lado, las ONG sostienen que el dióxido de titanio puede ser potencialmente cancerígeno en todas sus formas inhalables. Dicen que puede suponer un riesgo cuando se encuentran en productos como los aerosoles de protección solar, cuyo contenido se puede inhalar fácilmente de forma involuntaria.

La Oficina Europea del Medio Ambiente (EEB) condena los esfuerzos de la industria «para entorpecer un proceso de toma de decisiones basado en la evidencia cuyo objetivo es proteger a las personas y el medioambiente». Según Tatiana Santos, experta en químicos en la EEB:

Los lobbistas están gastando millones en evitar que las personas descubran que algo que están respirando o comiendo puede estar causando cáncer.

No permitiremos que la industria intimide a los gobiernos de la UE y ponga en riesgo la salud de los ciudadanos.

Fuente: META del European Environmental Bureau

 

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