¿Nos ayuda el código de identificación de plástico a conocer su toxicidad?

Los códigos de identificación del plástico informan del material principal que se ha utilizado en un producto. Pero los fabricantes  no están obligados a informar a los consumidores sobre los aditivos y los tratamientos finales que han añadido al polímero, que muchas veces son disruptores endocrinos relacionados con daños tan graves como daños al desarrollo del cerebro infantil.

Por lo tanto, la normativa actual no permite saber si un plástico contiene disruptores endocrinos.

El plástico libera disruptores endocrinos

El plástico es un material ubicuo; forma parte de multitud de productos, como envases de alimentos, ropa, utensilios de cocina, móviles y ordenadores, muebles, juguetes y hasta se enconde dentro de cosméticos y productos de limpieza.

Aditivos del plástico

En general, los plásticos son polímeros de sustancias obtenidas del petróleo a los que se añaden aditivos para mejorar su tacto, dar flexibilidad, evitar que se oxide o sea atacado por microorganismos. Los aditivos no están unidos químicamente al polímero por lo que pueden desprenderse con facilidad.

Esta «migración» es especialmente grave en el caso de plásticos en contacto con alimentos que en presencia de calor, radiación solar o la radiación del microondas pueden acabar en la comida (ver nuestros consejos para evitar que tu táper contamine tus alimentos). Pero también pueden entrar en el cuerpo a través de la piel (si están en cremas, en la ropa) o por inhalación por ejemplo de polvo del hogar.

Productos de acabado

Los productos plásticos llevan, además, sustancias ignífugas para evitar que ardan como los retardantes de llama bromados, a los que los estudios relacionan con problemas en el desarrollo cerebral infantil.

Muchos productos también llevan sustancias biocidas para conservar el material que pueden afectar a la salud humana.

Los polímeros

Dejando a un lado los aditivos, los diferentes tipos de polímeros identificados por los distintos códigos muestran diferente capacidad de alterar el sistema hormonal.

Tradicionalmente, los plásticos del código 3, 5 y 7 (Polietileno tereftalato (PET), Poliestireno (PS) y el policarbonato, respectivamente) tienen una mayor actividad estrogénica, como indica este estudio de la Universidad de Austin, Texas.

Pero cuidado, el código sólo indica el material principal y los fabricantes no están obligados a comunicar qué aditivos y tratamientos lleva el producto final.

La siguiente tabla del informe «Desengancharse del plástico» de Ecologistas en Acción resume algunas de las sustancias tóxicas habituales en cada tipo de plástico:

 

Todas esas sustancias son tóxicas y algunas de ellas, la mayoría, son disruptores endocrinos relacionados con malformaciones, problemas de embarazo, cáncer en órganos relacionados con las hormonas, adelantamiento de la pubertad o daños neuronales, entre otros. Puede verse la sección de sustancias de nuestro blog para analizar algunas de estos disruptores endocrinos.

La impunidad que tienen los productores de plástico permite situaciones tan peligrosas como la presencia en los juguetes infantiles europeos de tóxicos prohibidos por la legislación. 

El único plástico saludable

A todo lo anterior se debe añadir que llenamos los océanos de unas 580.000 piezas de plástico por km cuadrado que forman continentes cada vez mayores. Recientemente, la revista Nature ha calculado que el continente de plástico del Pacífico tiene una superficie dos veces superior a la de Francia, 16 veces superior a lo que había estimado hasta el momento.

Estos residuos dañan a la fauna (el 90% de las aves tienen plástico en sus estómagos y se estima que esta cifra llegará al 99% en 2050). Por supuesto, el plástico regresa a nosotros a través de la cadena alimentaria.

¿Son suficientes razones para desengancharse del plástico por nuestra salud y la del planeta?

El único plástico saludable es el que no se consume

 

 

 

 

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