Está claro que las colchonetas y los balones de playa son los juguetes con más éxito en verano. Todos hemos jugado con ellos desde niños. Lo que no está tan claro es que estos juguetes, fabricados con PVC, son un foco de sustancias tóxicas que entran a nuestro cuerpo, donde se acumulan dañando nuestra salud. Por ejemplo, el estudio realizado por Healthystuff.org sobre tóxicos presentes en el típico balón de playa de PVC, muestra su alto contenido en Bromo, Cloro, Plomo y Ftalatos, los dos últimos, contaminantes hormonales.
El PVC o Policloruro de vinilo, considerado carcinógeno para el ser humano según la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer), es un plástico rígido obtenido del petróleo. Para aportarle flexibilidad, se le añade plastificantes llamados ftalatos, productos químicos que, en su mayoría, son contaminantes hormonales (disruptores endocrinos, EDC). Los ftalatos interfieren el funcionamiento del sistema hormonal, produciendo daños en el desarrollo, en la fertilidad, alergias y tumores en órganos hormono-dependientes.
Los más peligrosos son el DEHP (Dietil hexil ftalato), DBP (di-n-butil ftalato), DIBP (diisobutil ftalato) y BBP (benzil butil ftalato). La Directiva 2009/48/CE sobre la seguridad de los juguetes y la Legislación sobre productos químicos REACH prohíben tres de estos químicos, el DEHP, DBP y BBP en juguetes para niños de menos de 14 años y DINP (diisononil ftalato), DIDP (diisodecil ftalato) y DNOP (di-n-octil ftalato) en juguetes que los niños puedan meter en la boca.
Pero esta normativa no protege completamente, ya que otros ftalatos y sustancias peligrosas siguen formando parte de juguetes y otros objetos de plástico. Además, los fabricantes de juguetes no están obligados a indicar los químicos utilizados para la fabricación, ni siquiera si utilizan sustancias químicas peligrosas, por lo que no sabemos cuál es la composición exacta de los productos plásticos que consumimos.
El uso de contaminantes hormonales en juguetes es muy grave ya que los niños absorben más sustancias peligrosas que los adultos al ser mayor su proporción de superficie de piel en relación a su peso. Además, se encuentran en una etapa de desarrollo de su sistema inmune y nervioso, en la que el sistema endocrino juega un papel crucial. Los contaminantes hormonales presentes en los juguetes actúan en muy pequeñas dosis y pueden afectar a lo largo de la vida del individuo, presentando síntomas a muchos años de la etapa de exposición e incluso en generaciones futuras.
Por eso, a la hora de elegir qué juguetes comprar este verano, vale la pena tener en cuenta algunos consejos, como:
- Comprar menos juguetes, pero de mayor calidad, ya que generalmente los juguetes más baratos contienen más sustancias peligrosas
- Elegir materiales naturales frente a sintéticos siempre que sea posible, por ejemplo caucho natural o madera, eso sí, sin pintar ni barnizar
- No comprar un juguete con olor fuerte o perfumado
- Al estrenar un juguete empaquetado, dejarlo al aire libre unas horas para que se evaporen parte de las sustancias químicas. Si el juguete es de tela, lavarlo antes de usar.
- Elegir juguetes etiquetados como PVC-FREE o BPA-FREE
- Comprobar si se ha analizado la presencia de tóxicos en los juguetes en la siguiente dirección de la UE.
Además de seguir estos consejos, es importante demandar a las autoridades europeas una legislación más estricta con la presencia de tóxicos en los productos de uso diario y en especial, en los productos que utilizan las embarazadas y los niños.
Otra forma de presión que no podemos olvidar es la que realizamos al elegir de forma consciente qué productos compramos, ya que las empresas reaccionan ante el mercado. Por ejemplo, la marca Lego está estudiando la posibilidad de eliminar el plásticos de sus famosas piezas, para responder a las demandas de unos consumidores cada vez más informados y exigentes.