El glifosato no aparece en los residuos de alimentos españoles porque no se busca.
El reciente estudio Directo a tus hormonas. Guía de alimentos disruptores ha encontrado en los alimentos españoles 33 plaguicidas que pueden alterar el sistema hormonal, pero ni rastro del herbicida más utilizado en España, el glifosato.
La razón de que no aparezcan residuos de glifosato en los alimentos es que el herbicida no se encuentra entre los cientos de sustancias que analiza la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), dentro del Programa de Control de Residuos de Plaguicidas.
La Administración española tampoco realiza un seguimiento de la contaminación por glifosato en la población española ni en los ecosistemas, a pesar de que es el herbicida más utilizado en España y principio activo del 90% de las 125 marcas de herbicidas comercializadas (con el Roundup de Monsanto como líder de mercado).
Según los últimos estudios realizados en Europa:
- En Portugal, un análisis encargado por la Plataforma Trangénicos Fora, en 2016, encontró glifosato en la orina el 100% de los voluntarios. La Plataforma denuncia que, como en España, el glifosato ha sido excluido de los análisis que buscan la presencia de residuos de plaguicidas en los alimentos.
- Otro análisis encargado por BUND en 2013 encontró residuos del tóxico en la orina de los habitantes de los 18 países europeos estudiados.
- El Instituto Medioambiental de Munich (Umweltinstitut München) encontró glifosato en las principales marcas de cerveza del país, en concentraciones 300 veces superiores al límite permitido de glifosato en el agua de consumo humano (0,1 microgramos por litro).
El glifosato es un contaminante hormonal o disruptor endocrino que altera las vías hormonales de los estrógenos y los andrógenos y causa el desarrollo de células cancerosas en el tejido mamario humano. Pesticide Action Network (PAN) acaba de presentar este monográfico que reúne todos los estudios que muestran los efectos adversos del glifosato:
Monográfico de estudios sobre los efectos del glifosato, PAN Europe. Octubre de 2016
Además de ser disruptor endocrino, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) lo clasificó en 2015 como probable cancerígeno para los seres humanos.
Gracias a estas investigaciones, la Comisión Europea deberá reconsiderar la autorización del uso de glifosato a finales de 2017, en lugar de renovar su permiso de uso 15 años más.
Aunque los estudios indican una elevada presencia del tóxico en los ambientes y población europea, no tienen la suficiente representatividad, al haberse realizado sobre un número de muestras pequeño. Es importante que se lleven a cabo estudios amplios de la presencia de glifosato en alimentos, agua de consumo y la propia población española.
En paralelo, este próximo fin de semana se celebrará el tribunal internacional contra Monsanto, acusada de comercializar productos altamente tóxicos, como el Roundup, que contaminan el medio ambiente de manera permanente y han causado enfermedades y muertes a miles de personas en todo el mundo.