Naranjas con fungicidas y aditivos de petróleo

naranjas

Las naranjas que se venden en bolsa al menos llevan una etiqueta con los plaguicidas y ceras con los que han sido tratadas después de su cosecha aunque nada sobre los tóxicos que han recibido previamente.

21 plaguicidas en las naranjas analizadas

El 43% de las verduras analizadas en 2022 tenían al menos un plaguicida. En total, 106 plaguicidas diferentes contaminaban los alimentos, sin que ninguna información de los mismos en el punto de venta.

Respecto a las naranjas, las 85 muestras de naranjas que analizaron tenían 21 plaguicidas diferentes, según los últimos datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN).

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De estos plaguicidas, 16 eran contaminantes hormonales o disruptores endocrinos, es decir, dañan al sistema hormonal; cuatro no están autorizados en la Unión Europea y otros 4 son sustancias catalogadas como «candidatas a la sustitución«, sustancias legales pera tan tóxicas que los estados están obligados a sustituirlas por otras menos preocupantes.

Por otro lado, según los datos de AESAN el 22% de las muestras analizadas tenían contaminación múltiple, es decir, estaban contaminadas por varios plaguicidas a la vez. En el caso de las naranjas, independientemente de su origen, se detectaron hasta 6 tóxicos diferentes en una misma naranja.

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La reducción de plaguicidas debe ser un objetivo de las administraciones públicas. También dar información a las y los consumidores sobre todos los tratamientos que han recibido los alimentos.

Llegará el día en que dar toda esa información sea obligatorio.

Naranjas en bolsa

En el caso de los cítricos envasados, es obligatorio que su etiqueta informe, con caracteres legibles, indelebles y visibles desde el exterior, de los conservantes o sustancias químicas utilizados para tratamientos después de la cosecha.

Gracias a esta norma, el Reglamento de ejecución 543/2011 de la Comisión, de 7 de junio de 2011, que establece cómo aplicar el Reglamento 1234/2007 del Consejo, podemos tener una mínima información de las sustancias que comemos junto a las naranjas (aunque sea solo de las utilizadas después de la cosecha).

Recientemente, una periodista preocupada al ver nombres de plaguicidas y aditivos en la etiqueta de unas naranjas, decidió informar en un artículo, para lo que consultó mandando la siguiente fotografía.

Plaguicidas y ceras de propileno en las naranjas en bolsa

En la siguiente foto, pueden verse los plaguicidas y ceras empleados tras la cosecha:

Los plaguicidas empleados tras la cosecha suelen ser fungicidas aplicados para que las naranjas se conserven durante el transporte (en este caso desde Sudáfrica) y el almacenamiento.

En el siguinete listado aparecen los fungicidas de la etiqueta, con enlace a sus características según base de la University of Hertfordshir:

  1. Imazalil: Genotóxico, disruptor endocrino y reprotóxico.
  2. Pirimetanil: Posible carcinógeno, EDC y reprotóxico.
  3. Tiabendazole: Posible cancerígeno y EDC muy persistente y con mucha movilidad. Candidato a la sustitución en la Unión Europea.
  4. Ortofenilfenol: Neurotóxico, EDC y genotóxico.

En cuanto a los aditivos «E» empleados, se trata de:

  1. E-914: cera de plástico, en concreto, de polietileno.
  2. E-903: extraída de la palmera Copernicia prunifera.
  3. E-904: goma laca, obtenida de los gusanos de la laca.

¿Qué puedes hacer?

No uses la piel de los cítricos para cocinar, salvo que conozcas su origen.

Compra de cercanía, si puedes de forma directa al agricultor: tu cuerpo se ahorrará los conservantes y el planeta los daños ambientales del transporte.

Compra de temporada: tendrás menos conservantes y más sabor.

Exige a las autoridades que mejoren la información al consumidor de los plaguicidas que se utilizan para producir los alimentos, es nuestro derecho saberlos.

Exige a las autoridades que reduzcan los plaguicidas utilizados para producir alimentos.

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