Detectan 921 ingredientes de cosméticos relacionados con el cáncer de mama con un nuevo método que evita el sufrimiento animal.
921 cancerígenos
Según un estudio reciente publicado en Environmental Health Perspectives, más de 900 sustancias que se encuentran en productos habituales de consumo y en el medio ambiente están relacionadas con el riesgo de cáncer de mama.
En concreto, el estudio identificó 921 sustancias químicas que aumentan el riesgo de cáncer de mama. También encontró que el 90% de ellas están de forma omnipresente en productos de consumo habitual como cosméticos, alimentos, bebidas y plaguicidas.
La lista incluye sustancias químicas que afectan al sistema hormonal, o disruptores endocrinos, como parabenos y ftalatos. Estos tóxicos son habituales en cosméticos como maquillaje, productos para el cuidado de la piel y el cabello.
El efecto de los cancerígenos ambientales, explicaría la rapidez en el aumento de los casos de cáncer de mama, que entre 2010 y 2019, aumentaron casi un 20% (un 19,4%) entre personas de 30 a 39 años en EEUU. Por eso, la investigación se centra en buscar las causas ambientales de la enfermedad.
Y para ello están utilizando un nuevo método presentado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). En 2016, la IARC publicó un estudio histórico que describe diez formas en que los carcinógenos provocan el desarrollo del cáncer. Desde entonces, se identifican los carcinógenos según tengan o no estas características.
Mayor actividad hormonal
Así, el grupo de investigación del Silent Spring Institute ha tenido en cuenta una característica común de los carcinógenos mamarios: que aumentan la actividad hormonal relacionada con el cáncer de mama, algo que ya apuntaban expertos en la materia como el científico Nicolás Olea.
En base a esta premisa, buscaron específicamente sustancias químicas que activen los receptores de estrógeno en las células mamarias y sustancias que hagan que las células produzcan más estrógeno o progesterona, ambos factores de riesgo conocidos para el cáncer de mama.
Sin sufrimiento animal
Analizando bases de datos autorizadas, incluidas las de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y ToxCast de la Protección Ambiental de EE. UU. (EPA), el método selecciona las sustancias que inducen tumores mamarios en roedores, que tienen actividad endocrina y genotoxicidad. Posteriormente, evalua las características clave de los carcinógenos mamarios e identifican las sustancias que exhiben esos efectos y, que por lo tanto, pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama.
Este método identifica los compuestos relacionados con el cáncer de mama de forma rápida, eficiente y efectiva para que puedan regularse y reducirse más rápidamente sin nuevas pruebas de laboratorio.
Es decir, identifica cancerígenos relacionados con el cáncer de mama sin generar sufrimiento animal.
Según la autora principal del estudio, Jennifer E. Kay, podrían detectar aún más carcinógenos si cuentan con mayor colaboración de las autoridades. Para este estudio, la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. (EPA) solo les dio acceso a los datos de 2.200 sustancias. «Si la EPA fuera más exhaustiva en la selección de sustancias químicas en busca de peligros potenciales», dijo, «nuestra lista probablemente sería mucho más larga».
Exposición infantil
«La exposición de los niños a estas sustancias químicas es particularmente preocupante, porque a edades más tempranas los niños son muy vulnerables», según Kay.
Efectivamente, la evidencia también sugiere que la exposición a estas sustancias durante la gestación, infancia y pubertad puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama más adelante en la vida. Y también que las siguientes generaciones (hijos, hijas, nietos y nietas) desarrollen cáncer de mama. Esta forma de actuación transgeneracional es habitual en los contaminantes hormonales o disruptores endocrinos.
Lo anterior cobra especial importancia cuando sabemos que muchas de esas 921 sustancias químicas (parabenos y ftalatos, o el pesticida malatión ingrediente en tratamientos contra piojos) son ingredientes habituales en productos infantiles, como lociones y champús.
Por esta razón, organizaciones especializadas en prevenir el cáncer de mama advierten de la necesidad de evitar cosméticos infantiles que no sean naturales.
Por eso, es recomendable emplear cosmética de origen natural (tanto ftalatos como parabenos son productos sintéticos) especialmente durante el embarazo pero también durante la infancia.
La ciencia avanza y ayuda a detectar sustancias cancerígenas que se esconden en productos habituales sin generar más sufrimiento animal. Ahora le toca a las instituciones prohibir estos tóxicos, para evitar más casos de cáncer.