Razones por las que el vertido de pellets de plástico sí es nocivo

El vertido de pellets de plástico en las costas del norte de la península supone una grave contaminación

El pasado 8 de diciembre, el mercante Toconao perdió seis contenedores frente a la costa portuguesa. Uno de ellos contenía pequeñas bolas o pellets de plástico que han llegado y contaminado las costas gallegas, asturianas y cántabras y que podrían llegar en horas a las costas vascas.

Frente a las declaraciones de dirigentes del área de medio ambiente de la Xunta, que afirman que estos pellets son «inocuos«, aquí van algunos datos científicos sobre la doble contaminación, química y física que suponen estos pequeños plásticos:

Contaminación química

Los pellets contienen ftalatos

Es muy grave que tras un mes del vertido, no se sepa con exactitud de qué material o materiales son los pellets que contaminan los ecosistemas del norte de la Península. Según Ricardo Beiras, profesor de Ecoloxía e Bioloxía Marina de la Universidade de Vigo, preguntado por Público, parece que los pellets son de dos tipos de plástico: «Según el Intecmar, se trata de polietileno, pero el Parque Nacional das Illas Atlánticas nos indica que ellos han recogido muestras de tereftalato de polietileno».

Es decir, parece que son de polietileno (PE) y de tereftalato de polietileno (PET), materiales que contienen ftalatos. Los ftalatos son un grupo de sustancias sintéticas que la industria añade a los plásticos para darles ciertas características de forma y textura. También son disruptores endocrinos relacionados con alteraciones del equilibrio hormonal, daños a la reproducción y, algunos de ellos, cáncer. De hecho, la nueva Ley de Residuos española promete, por orden de la Unión Europea, eliminar los ftalatos de los envases de alimentos.

También contienen el filtro solar UV9000

Pero los pellets también llevan otros ingredientes habituales en todos los plásticos (no vayamos a creer que estos problemas solo se producen en estas pequeñas bolitas). Es habitual que todos los plásticos lleven filtros que los protejan de su degradación por acción del sol. Los filtros solares químicos contaminan y afectan gravemente a los ecosistemas acuáticos, razón por la que han merecido una «bandera negra» de Ecologistas en Acción en Andalucía.

 

Según biólogos y expertos, «parte de los pellets vertidos en Galicia tienen un 30% de estos aditivos potencialmente tóxicos para los humanos» por lo que desaconsejan tareas de limpieza sin la protección y los medios adecuados.

Los pellets de plástico son pequeños «Caballos de Troya»

La contaminación química no solo se produce por el material del que están fabricados los pellets. Las características de absorción de los microplásticos hacen que otros contaminantes presentes en el agua, incluso patógenos, se «peguen» a ellos. De esta forma, los pellets pueden actuar como pequeños «caballos de Troya» que esconden otros tóxicos. Así lo afirma Ethel Eljarrat, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea) del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) «Son como una esponja que agrega contaminantes que ya están en el agua marina. Absorben contaminantes orgánicos que son persistentes y que permanecen un largo plazo en el medio. De esta forma, cuando la fauna marina los ingiere tiene el problema de acumularlos en el estómago, pero también de acumular sustancias que se van liberando y que actúan como disruptores endocrinos, es decir, que alteran el organismo«.

Contaminación física

Precisamente, la contamianción más visible que ha supuesto el vertido de pellets ha sido la contaminación física por millones de plásticos, que ha dado una falsa imagen de playas nevadas.

Bolas de plástico contaminan la playa de Area Maior – Imagen de Lavandeira Jr/EFE

La contaminación física por plásticos fue la primera que se detectó a nivel planetario por los continentes de plástico y las muertes de fauna marina de diferentes tamaños. Efectivamente, plásticos de gran tamaño, artes de pesca o botellas arrojados al mar se rompen por acción del sol y del oleaje creando una sopa de micro y nanoplásticos. La contamianción por plásticos es tan elevada que se estima que respiramos, cada año, hasta 22.000.000 de micro y nanoplásticos. Estos pequeños trozos de plástico son capaces de atravesar los pulmones y dañar la salud de humana y animal.

Una vez degradados o fragmentados, los micro y nanoplásticos son filtrados por los bivalvos como los mejillones o por otros filtradores, como los percebes, o ser ingeridos por los peces, estos ser ingeridos por las aves y los humanos… así la contamiación se extiende por toda la cadena alimentaria, llegando la contaminación física hasta la placenta humana.

Acciones contra los microplásticos

El peligro que plantean los microplásticos es tan patente que la Comisión Europea ha restringido el uso intencional de microplásticos en productos (como la purpurina o los microplásticos que añaden algunas marcas de cosméticos) bajo la premisa de que la persistencia asociada a los microplásticos plantea un riesgo inaceptable para el medio ambiente.

Sin olvidar que este vertido, como todos los de plástico, representa un peligro económico, tal y como admite la propia Comisión Europea, porque “pueden tener efectos negativos en las actividades locales, como la pesca comercial y la agricultura, el turismo y las actividades recreativas”.

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