Nuevos estudios se suman a los existentes para demostrar la relación entre los contaminantes hormonales y la pérdida de fertilidad.
Los problemas de fertilidad aumentan década a década y afectan tanto a hombres como a mujeres. Parece que la explicación de que las parejas intentan tener descendencia cada vez a mayor edad, tranquiliza a muchas personas. Por supuesto que la edad influye, pero apuntarla como el único factor que afecta a la fertilidad sería un análisis parcial y cómodo. ¿Cómo se explicaría la pérdida de fertilidad observada en anfibios, aves y otros animales? ¿Cómo explicaría el asombroso número de investigaciones que relacionan los disruptores endocrinos con la pérdida de fertilidad?
Cada vez más mujeres tienen dificultades para quedarse embarazadas y hay más evidencia que sugiere que los químicos utilizados en plásticos y pesticidas son una causa a tener en cuenta.
Como mostramos en un post anterior, dos de las enfermedades femeninas que pueden generar problemas reproductivos están relacionadas con la exposición a disruptores endocrinos. Por lo menos el 70% de las mujeres con problemas de fertilidad tienen, al menos, una de estas dos enfermedades, que además, pueden ser muy dolorosas. El tratamiento de estas dos enfermedades cuestan a Europa 1.400millones de euros al año, que hay que sumar a los 157.000€ al año que cuesta el tratamiento de las enfermedades generadas por los contaminantes hormonales.
El estudio analizaba sustancias como el ftalato DEHP, del que hemos hablado en posts anteriores. DEHP se utiliza como aditivo plástico y está clasificado por el Reglamento REACH, de tóxicos industriales, como una sustancia de elevada preocupación. Su uso en juguetes o productos infantiles ha sido prohibido, después de muchos años de uso. Sin embargo, los Estados Miembros están considerando la posibilidad de que vuelva a ser utilizado en productos de consumo. (Ver post al respecto)
Los contaminantes hormonales también afectan a la fertilidad masculina. Un último estudio, publicado el 19 de abril, se suma a otros cientos que relacionan la exposición a contaminantes hormonales con la reducción en la calidad del esperma que se observa en nuestra sociedad en las últimas décadas. Link al estudio «Bisphenol A in low doses can affect the reproductive system, behavior.»
En esta ocasión, el estudio del Instituto Nacional de Alimentación de la Universidad de Dinamarca vuelve a mostrar la evidencia de que la exposición a Bisfenol A, en pequeñas cantidades, durante las primeras etapas de vida, produce un menor recuento de espermatozoides, a parte de otros daños en la salud del niño.
Dinamarca es un ejemplo de Estado europeo que reaccionó con velocidad ante la reducción en la calidad del esperma de su población joven: están desarrollando medidas encaminadas a eliminar los contaminantes hormonales de todo su territorio.
Europa, no está actuando tan rápidamente porque estados como España, están bloqueando la prohibición a nivel comunitario de algunos de estos contaminantes hormonales, como vimos con el bloqueo de la prohibición de cuatro ftalatos.
La Comisión Europea tiene la obligación de legislar estos contaminantes para limitar la exposición de su población y medio ambiente. Este junio tiene que definir los criterios de esa legislación, tras años de retraso. ¿Cumplirá con su deber y legislará adecuadamente los contaminantes hormonales?