El ómnibus alimentario que permite plaguicidas ilimitados pone en riesgo a la población

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La propuesta de ómnibus alimentario de la Comisión permite plaguicidas tóxicos ilimitados al eliminar la obligación de reevaluar plaguicidas.

Elimina la obligación de reevaluar plaguicidas

Ha sucedido lo que temíamos: la propuesta de ómnibus de alimentos y piensos, presentada por la Comisión, elimina la obligación de reevaluación periódica del peligro que suponen las sustancias activas establecidas por el reglamento de plaguicidas.

Si esta propuesta de la Comisión es finalmente aprobada, el 90% de los plaguicidas dejarán de pasar por el proceso de renovación al que obliga el Reglamento (CE) nº 1107/2009.

La eliminación de la obligación de reevaluar plaguicidas se aplica a las no candidatas a la sustitución, que suponen el 90% de las sustancias activas en la Unión Europea.

Pero reevaluar plaguicidas sirve, y mucho

¿Qué pasaría si en lugar del Reglamento de plaguicidas, en vigor desde el 2011, que obliga a la reevaluación de la toxicidad, se hubiera aplicado lo que propone ahora la Comisión? 

En ese caso, no se habrían prohibido 45 sustancias candidatas a la sustitución y 117 no candidatas, que son las que se han prohibido gracias al proceso de reevaluación.

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Entre las 117 sustancias no candidatas prohibidas, había:

  • 10 sustancias cancerígenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción,
  • 7 disruptores endocrinos,
  • 17 sustancias tóxicas para organismos no objetivo (como polinizadores),
  • 7 sustancias que dañaban la salud de personas trabajadoras, consumidoras y residentes en los pueblos cercanos a los campos y
  • 9 tóxicos para las aguas subterráneas.

Eliminar la obligación de reevaluar plaguicidas permitirá que sustancias tóxicas no se prohíban en el futuro.

Así, insecticidas tóxicos para el desarrollo del cerebro infantil como el clorpirifós, que hasta hace pocos años era el residuo de plaguicida que se detectaba de forma más habitual en los alimentos españoles, no se habrían prohibido. Tampoco insecticidas tóxicos para las abejas, como los neonicotinoides. 

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Es decir, si la propuesta de ómnibus de seguridad alimentaria se aprueba, decenas de sustancias tóxicas seguirán ilimitadamente en alimentos, naturaleza y nuestros cuerpos, incluso cuando nuevas pruebas científicas demuestren los riesgos asociados a su uso.

Otros regalos de la Comisión a la industria

Por si fuera poco, la Comisión también: 

  • Duplica el periodo durante el cual los pesticidas altamente tóxicos pueden venderse después de su prohibición. En lugar del actual año y medio, la población estaría expuesta a estas sustancias químicas hasta tres años.
  • Limita la capacidad de decisión de los Estados miembros, que no podrán tomar medidas inmediatas sin solicitar previamente una reevaluación dirigida por la Comisión cuando una nueva evidencia científica demuestre riesgos graves para la salud o el medio ambiente.
  • Hasta ahora el Reglamento exige que la industria que solicite una renovación aporte toda la literatura científica producida en los últimos 10 años sobre la sustancia activa. Ahora, la Comisión elimina este requisito y centra la evaluación en los estudios producidos por la industria.

Desregulación vergonzosa

Este noveno ómnibus, el de seguridad alimentaria y piensos, es otro paso más en el proceso de desregulación al que la Comisión de Ursula von der Leyen está sometiendo a su población.

Utilizando de forma rutinaria un instrumento legal que debería emplearse en casos contados, las leyes ómnibus, la Comisión de Úrsula von der Leyen está acabando con las normas de protección de la salud, la naturaleza y los derechos sociales.

La receta de una ómnibus es sencilla; se juntan varias leyes ya existentes y se cambian mediante un procedimiento más rápido y con menor participación ciudadana del que requerían las leyes originales.

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¿Y ahora qué?

Esperamos que el Parlamento Europeo y los Estados miembros bloqueen esta propuesta de la Comisión, que supone un retroceso de décadas en la regulación de los plaguicidas, y pongan como objetivo la aceleración de la aplicación de las normas vigentes.

Debemos actuar. Con estos paquetes ómnibus, la Comisión está poniendo en juego la salud y la naturaleza europeas, en un momento en que los gobiernos y la industria piden lanzarse a un proceso de desregulación en nombre de la competitividad.

Europa necesita urgentemente políticas que apoyen a la agricultura en el abandono de los plaguicidas peligrosos, no reformas que la condenen a una dependencia química durante décadas.

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