El plástico es rentable para una élite económica, por eso ha fracasado el Tratado Mundial sobre el plástico y no se limita su producción.
El plástico es rentable, más que el petróleo
El petróleo no es solo energía. El petróleo y el gas natural son fuentes de plástico. Y el negocio del plástico es rentable.
Como dice en su perfil de Instagram (que recomendamos) Nicolás Olea, Profesor Emérito de Departamento de Radiología y Medicina Física de la Facultad de Medicina de Granada y uno de los mejores comunicadores mundiales sobre disruptores endocrinos:
‘Si yo tuviera un pozo de petróleo, ¿qué querría hacer: vender 10 gramos de plástico para los cristales de mis gafas a 400€ o quemar un barril de petróleo por 75$?’
La respuesta es clara: el plástico es rentable.
Pero el plástico es rentable solo para una élite
El resto de la población, adicta ya a este material, sufre sus consecuencias negativas. Según un reciente estudio publicado en la revista científica The Lancet, “The Lancet Countdown on health and plastics” o ‘La cuenta atrás de The Lancet sobre salud y plásticos’ que puedes leer en castellano aquí:
‘Los plásticos son un peligro grave, creciente y poco reconocido para la salud humana y planetaria. Los plásticos causan enfermedades y muertes desde la infancia hasta la vejez’.
Estima que las pérdidas económicas relacionadas con la salud causadas por la exposición a plástico superan los 1.500 millones de dólares cada año, recayendo sobre todo sobre las poblaciones de bajos ingresos y en riesgo.
Según el estudio, el principal culpable de la pérdida de salud planetaria es el crecimiento de la producción de plástico, que ha pasado de 2 millones de toneladas (megatoneladas) en 1950 a 475 millones de toneladas en 2022.
La producción de plástico aumentará más
Y la producción de plástico se estima que llegará a 1.200 megatoneladas en 2060, como muestra el gráfico tomado del estudio.
La mayor parte del plástico que se produzca en el futuro se destinará a embalajes y envases, a muebles y materiales de edificación y a ropa.
Y hay más plástico que se acaba de descubrir…
Durante muchos años, a la comunidad científica no le cuadraban las cifras de producción de plástico con las de residuos encontrados.
Ahora, un último estudio sobre el Atlántico Norte resuelve el misterio y confirma que la mayor parte del plástico en mares y océanos está en forma de fragmentos menores de una micra. Son nanoplásticos, en una cantidad estimada de veintisiete mil millones de kg, flotando a diferentes alturas y que nunca podrán limpiarse. La mayoría procede de botellas de agua de PET, poliestireno de bandejas de supermercado y microtrozos de tuberías de agua de PVC.
Contaminación química del plástico
Por supuesto, a más plástico, más contaminación. Actualmente 8.000 Mt de residuos plásticos contaminan el planeta, una cantidad tan enorme que (al menos yo) soy incapaz de imaginarla. Y solo se recicla menos del 10% del plástico.
Pero a pesar de la enorme producción y la enorme exposición humana, no hay información pública de más de dos tercios de las sustancias químicas que lo componen. De las sustancias químicas de las que sí se dispone de datos, aproximadamente el 75% (más de 4.200 sustancias) son altamente peligrosas debido a sus efectos tóxicos, persistencia, bioacumulación y movilidad; casi 1.500 son carcinógenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción; y más de 1.700 son tóxicas para órganos específicos, como el hígado. Casi 50 son disruptores endocrinos reconocidos en la UE.
Se ha demostrado que más de 1800 se liberan de los plásticos y tienen un alto potencial de exposición humana.
Con estos datos no extraña que la comunidad científica asegure que el 0,5% de nuestro cerebro es plástico, o que los microplásticos se detecten en la placenta o mejor, ‘Plasticenta‘, según solo dos de los múltiples estudios que se han realizado en los últimos años.
Tampoco extraña que aumenten los daños causados por los disruptores endocrinos que plagan los objetos de plástico, como ftalatos y bisfenoles. Un estudio reciente asegura que la tasa de caída del recuento de espermatozoides ha aumentado hasta un 2% anual. Por desgracia, el recuento de espermatozoides es también un indicador del aumento de otras enfermedades relacionadas con estos tóxicos.
Tratado Mundial sobre los Plásticos
En 2022, hubo una pequeña esperanza cuando los Estados de las Naciones Unidas decidieron crear un instrumento jurídicamente vinculante que hiciera frente a la contaminación por plástico en todo su ciclo de vida: el Tratado Mundial sobre los Plásticos
Pero, desgraciadamente, el Tratado ha fracasado por la negativa de los estados productores de petróleo, materia prima del 99% del plástico.
No podemos confiar en que la solución al plástico vaya a venir de una negociación que limite su producción si el plástico es rentable para ciertos países y sectores económicos.
Además, mejor no tener ningún tratado que tener uno malo, que no cierre el grifo a la producción y que dé la impresión de que se está haciendo algo.
¿Qué podemos hacer?
Podemos evitar el uso de plástico en nuestra vida, informar a nuestra comunidad de formas de evitarlo, alzar la voz para que se vea que somos muchas las personas que no queremos este tóxico. Seguir reciclando, pero teniendo en mente que esa acción por sí sola no es la solución.
E informarse siempre que sea posible. Para seguir la evolución del problema, puedes revisar el sistema de seguimiento mundial independiente ‘La Cuenta atrás de Lancet sobre la salud y los plásticos‘ que informará periódicamente sobre indicadores representativos de la reducción de la exposición a los plásticos y la mitigación de sus daños para la salud humana y planetaria.