Crece un 23% el número de plaguicidas en alimentos vendidos en España, según los últimos datos oficiales disponibles.
Los plaguicidas en alimentos aumentan un 23%
Los alimentos consumidos en 2023 en España estaban contaminados por 130 plaguicidas, un 23% más que el año anterior, según los últimos datos disponibles del Programa de Control de Residuos de Plaguicidas de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), analizados por Ecologistas en Acción en su informe ‘Directo a tus hormonas. Residuos de plaguicidas no autorizados, candidatos a la sustitución, disruptores endocrinos y PFAS en nuestros alimentos’.
Pincha en la imagen del informe para descargarlo
En lugar de limitarse, como AESAN, a analizar el porcentaje de alimentos que superan el límite legal de plaguicidas (que fue del 1,73%), Ecologistas en Acción analiza los plaguicidas detectados en cualquier cantidad. Este análisis proporciona información interesante porque, para los plaguicidas más tóxicos, cualquier cantidad ingerida puede suponer un riesgo para la salud. Además, la exposición combinada a varios plaguicidas en alimentos, aire y agua supone un cóctel tóxico desconocido, del que la comunidad científica alerta.
Un 37% de los alimentos contenían residuos de plaguicidas, porcentaje que sube al 41% en el caso de frutas y verduras.
Los alimentos con un mayor número de plaguicidas en 2023 fueron los pimientos, cuyas muestras sumaban un total de 32 sustancias diferentes.
Tipos de plaguicidas en alimentos
Ecologistas en Acción ha buscado la presencia de diferentes tipos de plaguicidas en alimentos:
- plaguicidas no autorizados en la Unión Europea, en la mayoría de las ocasiones prohibidos por su gran toxicidad para la salud humana y ambiental;
- plaguicidas candidatos a la sustitución, sustancias permitidas, pero que tienen efectos cancerígenos, tóxicos para la reproducción, de disrupción endocrina o que cumplen dos de las tres siguientes características: persistencia, bioacumulación y toxicidad;
- plaguicidas disruptores endocrinos (EDC) que dañan al sistema hormonal;
- como novedad, plaguicidas PFAS o ‘químicos para siempre’, tóxicos muy persistentes que se relacionan con graves problemas de salud y que se degradan en una sustancia, el ácido trifluoroacético o TFA, posible reprotóxico que contamina gravemente las aguas europeas.
La siguiente tabla muestra el número de cada tipo de plaguicida y las dos sustancias que se han detectado en un mayor número de muestras.
La siguiente tabla del estudio muestra los cuatro alimentos con mayor número de plaguicidas, y la cantidad de cada tipo. Tened en cuenta que los plaguicidas pueden ser de diferentes tipos a la vez, PFAS y candidatos a la sustitución, PFAS y EDC… etc.
En la siguiente tabla puedes ver todos los alimentos analizados por AESAN junto con los plaguicidas detectados en cada uno.
Compra producto local y de temporada
El origen de los alimentos influye en los plaguicidas que los contaminan: los alimentos importados de países extracomunitarios están contaminados por plaguicidas no autorizados en un porcentaje que dobla al porcentaje de alimentos españoles que contienen estos plaguicidas, más tóxicos (un 10% frente al 4,70%).
De los 130 plaguicidas detectados, 60 no están permitidas en la Unión Europea
Ecologistas en Acción recomienda a las y los consumidores que compren productos locales y de temporada, que tienen una menor carga de plaguicidas no permitidos. También tienen menos conservantes (fungicidas) necesarios para aguantar largos periodos en neveras o en largos trayectos.
Por supuesto, comprar local y de temporada tiene otras dos ventajas, el apoyo a la agricultura local y el ahorro de los costes ambientales de los desplazamientos comerciales.
Pero a España le queda mucho por mejorar, porque los productos españoles tienen más plaguicidas de los otros tres tipos: disruptores endocrinos, candidatos a la sustitución y PFAS.
Contaminación múltiple de plaguicidas
El 24% de las muestras de alimentos analizadas tienen dos o más plaguicidas juntos. Hay casos extremos como una mandarina, una pera o un pimiento con 9 plaguicidas en la misma pieza.
Si se combinan estos alimentos con otros, lo habitual en una macedonia, ensaladas o cualquier preparación, y se suman los plaguicidas presentes en el agua potable y en el aire. se forma un cóctel de plaguicidas de efectos en la salud desconocidos sobre los que la comunidad científica lleva años alertando.
Los daños en la salud de la combinación de plaguicidas en alimentos pueden ser mayores que los de cada plaguicida por separado. Pero además, son efectos desconocidos porque los plaguicidas se prueban de uno en uno, sin analizar cómo pueden interactuar entre ellos. Además, cada año varían los plaguicidas que se emplean y cada persona tiene unos hábitos de alimentación, con lo que es imposible prever el cóctel al que cada persona se expone.
La solución no es individual
Si crece un 23% el número de plaguicidas en alimentos y casi el 40% de los alimentos tiene alguno de estos tóxicos, la solución no puede recaer solo en los individuos, debe partir de la administración.
Los efectos derivados de la amplia contaminación por plaguicidas son un problema de salud pública y uno de los factores que acaban con la biodiversidad. Por eso es la administración, el gobierno, quien debe tomar medidas para reducir esta contaminación.
Por eso el Ministerio de Agricultura debe ayudar con fondos y formación a reducir los plaguicidas en alimentos para que los producidos en España se diferencien como productos sin tóxicos y que permitan vivir digna y saludablemente a las personas que los producen. Esto redundaría en una mejora de la naturaleza y de la soberanía alimentaria necesaria para resistir luchas comerciales como la de los aranceles.