4 razones por las que la prohibición francesa de PFAS no es una victoria

rohibición francesa de PFAS
La reciente prohibición francesa de PFAS o químicos para siempre en productos de consumo habitual más que una victoria es una trampa que permita el 80% de estos tóxicos.

Prohibición francesa de PFAS

Recientemente, Francia decidió prohibir los PFAS o “químicos permanentes” en textiles y cosméticos.

A primera vista, la prohibición francesa de PFAS, unas sustancias químicas tóxicas y altamente persistentes, relacionadas con numerosos problemas de salud desde cáncer hasta disrupción endocrina, parece ser una buena idea; un primer paso necesario hacia restricciones más amplias.

De hecho, la decisión francesa refleja el alto nivel de preocupación pública por los PFAS, que quedó reflejado en una investigación periodística a nivel europeo que destapa escándalos de contaminación por PFAS.

prohibición francesa de PFAS

Como puede verse en el mapa de la investigación de Le Monde, Francia es uno de los lugares con más puntos de contaminación por PFAS

Un momento… ¿PFAS?

Antes de seguir, vamos a parar para recordar qué son los perfluorados o PFAS, últimamente apodados ‘químicos para siempre’. Los PFAS son grandes moléculas sintéticas empleadas para impermeabilizar, como el famoso Teflon de las sartenes o la ropa impermeable.

También tienen gran resistencia eléctrica y al fuego, por lo que tienen muchos usos industriales, desde cables a espumas contra incendios. Con los años, su uso es popular en utensilios de cocina y hasta en el papel higiénico.

Dos usos menos conocidos de los PFAS son en plaguicidas, que comemos junto a nuestra comida y como gases fluorados de los aparatos de refrigeración.

prohibición francesa de PFAS

El estudio ‘Cosecha tóxica’ de Ecologistas en Acción junto a PAN Europe analiza el uso de plaguicidas PFAS en los alimentos

Por desgracia, sus características de resistencia y larga duración también hacen que sean muy persistentes en el medio ambiente y en nuestros cuerpos. Y por si fuera poco, cada vez más estudios indican que afectan gravemente a la salud humana y del planeta.

El peligro de la prohibición francesa de PFAS

Por todo lo anterior, la prohibición parcial y solo en algunos productos de consumo puede parecer una gran noticia. Pero no lo es, según organizaciones expertas en la prohibición de sustancias tóxicas, como Chemsec, que temen que esta prohibición dé a la industria y a la Comisión Europea una excusa para abandonar la actual restricción universal de todos los PFAS.

Ahí van 4 razones que explican por qué no celebramos esta prohibición parcial:

1 Es muy limitada

En primer lugar, la prohibición francesa es extremadamente limitada y sólo afecta a los cosméticos, el calzado, los textiles y la cera para esquís.

La presión ejercida por Tefal ha hecho que incluso algo tan sencillo como las sartenes (en las que la sustitución por alternativas sin PFAS es técnicamente sencilla y económicamente eficiente) quede excluida de la ley.

2 No protege a la población

En segundo lugar, la prohibición de los PFAS en los productos de consumo no protege a la población, que se expone a ellos por múltiples vías como el agua de grifo (también en España), los alimentos o el aire.

Por ejemplo, en Francia, las personas se exponen a PFAS en el agua del grifo, en la mayoría de los casos, a niveles que superan los umbrales de seguridad. Por desgracia, de momento en España carecemos de datos que nos permitan saber el nivel total de exposición de la población a través del agua de grifo. La nueva normativa de 2023 obliga a que se empiecen a medir varios PFAS en agua potable, pero aún no hay resultados oficiales.

3 Solo prohíbe el 20% de los PFAS

En tercer lugar, la prohibición solo acabaría con el 20,2% de la contaminación total por PFAS, la que procede del uso de productos de consumo, según los cálculos más conservadores de los toxicólogos de ChemSec, basados ​​en datos públicos.

Además, muchos de los productos de consumo sobre los que se ha aplicado la prohibición de perfluorados ya están en proceso de usar alternativas, por lo que esta prohibición no va a cambiar gran cosa.

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Los PFAS se utilizan mucho más en productos y procesos industriales que en el sector de consumo. Además, la prohibición francesa no cubre  categorías importantes como los gases fluorados.

En definitiva: la prohibición francesa de PFAS permitirá que se mantengan alrededor del 80% de las emisiones.

También se mantendrán los costes de limpieza, que podrían alcanzar más de 2 billones de euros en Europa en un período de 20 años.

4 Precedente peligroso

Por último y muy importante, la prohibición francesa llega en un momento perfecto para la Comisión Europea, que está tratando de evitar la restricción universal de PFAS a la que se ha comprometido y en su lugar, terminar en una prohibición limitada a ciertos productos de consumo.

Así haría ver a la población que está haciendo algo para solucionar la contaminación por PFAS y, al mismo tiempo, complace a la industria.

Esta idea quedó clara cuando en enero el comisario de medio ambiente de la UE dijo a Reuters: estamos buscando una prohibición [de los PFAS] en los productos de consumo’.

Las prohibiciones parciales de las sustancias químicas permanentes sólo sirven de excusa para que sectores no innovadores de la industria sigan utilizando esas sustancias.

La restricción universal de los PFAS es la única forma eficaz y responsable de avanzar.

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