No llegan al 40% los ríos, lagos y aguas costeras de Europa con un buen estado químico. Ya es hora de que las industrias culpables del 92% de la carga tóxica (farmacéutica y de cosméticos) financien la limpieza de la contaminación que ellas mismas han generado.
El agua ES vida
El agua es imprescindible para la vida. No solo que haya agua, sino que no esté contaminada. Aun así, Europa se permite contaminar sus fuentes de agua. solo un 40% de los ríos, lagos y aguas costeras y de transición de Europa y en torno a un 70% de las masas de agua subterránea tienen un buen estado químico.
A pesar de algunas mejoras, la contaminación del agua sigue siendo un desafío ambiental y sanitario en toda la UE.
Han pasado ya más de veinte años desde la adopción de la Directiva Marco del Agua. Esta Directiva tiene como piedra angular, una lista de ‘sustancias prioritarias‘ que obliga a ser monitoreadas. Esta lista ha quedado desactualizada y ya no es adecuada para su propósito.
En primer lugar, no contiene sustancias muy utilizadas en Europa, como el glifosato (el plaguicida más vendido en la UE), las PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) y una serie de productos farmacéuticos y microplásticos. Además, tienen ‘valores umbral’ individuales. Hoy en día se sabe ya que analizar cada tóxico de uno en uno es una instantánea simplista que ignora los efectos de los ‘cócteles tóxicos’ que ocurren cuando se mezclan diferentes sustancias químicas.
En definitiva, no se están monitoreando ni informando suficientemente sobre los niveles de tóxicos en las aguas europeas.
Cambios en la normativa de aguas
Para intentar dar solución a este problema, la Comisión Europea ha presentado una propuesta de Directiva para modificar la Directiva Marco del Agua (WFD 2000/60/EC), la Directiva de Aguas Subterráneas (GWD 2006/118/EC) y la Directiva de Estándares de Calidad Ambiental (EQSD 2008/105 /CE).
Esta propuesta actualiza las listas de sustancias prioritarias para las aguas superficiales y subterráneas y los valores umbral legales asociados.
Mientras el Parlamento Europeo y el Consejo preparan sus posiciones sobre esta propuesta, el 24 de mayo se celebrará un evento en el Parlamento Europeo en el que Ecologistas en Acción compartirá su propuesta: mejorar el tipo y la frecuencia de los análisis de la contaminación en las aguas. Según los datos recabados por la organización ecologista, las analíticas realizadas en las cuencas españolas son desiguales e insuficientes.
También se hablará cobre el actual incumplimiento del principio de «quien contamina paga».
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¿El que contamina paga? No.
El principio de «quien contamina paga» aparece en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (artículo 191 (2)) y en muchas políticas medioambientales. Como sugiere su nombre, es una teoría fundamental según la cual los actores que contaminan el medio ambiente pagan, o ‘internalizan’, el daño que causan.
Desafortunadamente, hasta ahora es solo eso, una teoría. En la práctica, gran parte del coste de la contaminación del agua todavía corre a cargo de las y los contribuyentes europeos.
En 2021, el Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) publicó un informe con las incoherencias en la aplicación de este principio. Demasiadas veces, son los presupuestos públicos, y no los contaminadores privados, quienes se pusieron a disposición para limpiar el daño ambiental.
¿No deberían encargarse las rentables industrias farmacéutica y de cosméticos de solucionar la contaminación que ellas mismas generan, que en conjunto supone el 92 % de la carga tóxica (especialmente en forma de microcontaminantes) de las aguas residuales europeas?
Hay quien tiene esperanzas puestas en una propuesta de la Comisión que daría solución a la cuestión de cómo financiar el tratamiento del agua repleta de contaminación tóxica: se llama ‘Responsabilidad extendida del productor‘ y es un mecanismo de financiación que obligaría a los sectores responsables de los microcontaminantes a hacer una contribución financiera proporcional y justa a los costos asociados con su proceso de tratamiento.