El uso de algunos plaguicidas ha aumentado en los últimos años en el Ebro a pesar de ser sustancias no permitidas en Europa, letales para las personas y capaces de aniquilar la vida acuática. Ante esta situación, la Confederación Hidrográfica del Ebro evita tomar medidas legales contundentes.
La propuesta de la Confederación Hidrográfica del Ebro
Ante la amplia presencia de sustancias tóxicas en las aguas del río Ebro, su Confederación Hidrográfica se conforma con hacer a las Comunidades de Regantes la propuesta de que «adopten medidas de minimización». Esta minimización afectaría, si así lo desean los regantes al no ser obligatoria, a diez plaguicidas de uso agrario y dos metabolitos.
Esta propuesta es insuficiente cuando ocho de esas sustancias no están permitidas en Europa debido al peligro que suponen para la naturaleza y las personas.
Así que cuando la Confederación Hidrográfica del Río Ebro, como puede verse en el último informe del año 2019, solicita a las Comunidades de Regantes que «adopten medidas de minimización» para el uso de los ocho plaguicidas no autorizados, lo que transmite en realidad es:
- que asume que estos tóxicos se seguirán empleando ampliamente, matando la vida acuática y poniendo en peligro a las personas.
- que no le parece adecuado tomar medidas contundentes para evitarlo.
La tibieza de la CHE es todavía más grave cuando la propia Confederación destaca que ha detectado un aumento respecto a otros años en el uso de plaguicidas no autorizados como la atrazina, simazina, terbutrina y desetilatrazina.
En demasiadas ocasiones, el Ministerio de Agricultura permite el uso de plaguicidas no autorizados utilizando una trampa legal llamada «autorizaciones excepcionales». Esta herramienta permite que se puedan utilizar plaguicidas no permitidos en casos de emergencia. Pero no existe ninguna autorización excepcional concedida al uso de estos ocho plaguicidas a los que se refiere la CHE.
Los ocho plaguicidas ilegales
Estos son los ocho pesticidas (y dos metabolitos o productos de su degradación) contra los que la Confederación Hidrográfica del Río Ebro debería tomar medidas contundentes:
- Insecticida endosulfán: para las personas esta sustancia es fatal si se ingiere y si se inhala y dañina en contacto con la piel. Pero además es muy tóxica para la vida acuática, con efectos duraderos a largo plazo.
- Herbicida simacina: muy tóxica para la vida acuática, es muy tóxica para la vida acuática con efectos duraderos. Se sospecha que causa cáncer.
- Insecticida imidacloprid: esta sustancia es tóxica si se ingiere y muy tóxica para la vida acuática con efectos duraderos.
- Herbicida atrazina y su metabolito desetilatrazina: la atrazina es un potente disruptor endocrino. Es muy tóxica para la vida acuática, con efectos duraderos. Puede causar daño a los órganos por exposición prolongada o repetida y puede causar una reacción alérgica en la piel.
- Quinoxifeno: herbicida muy tóxico para la vida acuática, con efectos a largo plazo. Además, puede provocar reacción alérgica en la piel.
- Herbicida terbutrina: esta sustancia es muy tóxica para la vida acuática, con efectos duraderos. Además, es nociva si se ingiere o si se inhala, causa irritación ocular grave y puede provocar una reacción alérgica en la piel.
- Metolacloro: herbicida muy tóxico para la vida acuática, con efectos duraderos. Puede provocar una reacción alérgica en la piel.
- Herbicida oxadiazon: esta sustancia es muy tóxica para la vida acuática, con efectos duraderos.
- 3,4 dicloroanilina (metabolito del herbicida diurón): esta sustancia es tóxica si se ingiere o inhala, es tóxica en contacto con la piel, provoca lesiones oculares graves y puede provocar una reacción alérgica en la piel. Además, es muy tóxica para la vida acuática con efectos duraderos,
No existe ninguna autorización excepcional concedida al uso de estos ocho plaguicidas prohibidos. Son usos ilegales, ecocidios, que no están siendo investigados ni perseguidos por las autoridades.