La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés) acaba de publicar en su web que el glifosato no es un disruptor endocrino, en contra de los resultados de numerosos estudios de literatura independiente.
La EFSA se suma a la de la Agencia de Sustancias y mezclas Químicas (ECHA en inglés) que antes del verano clasificó al glifosato como no cancerígeno.
Estas dos opiniones son una muestra más del apoyo que está recibiendo la renovación del glifosato desde las Agencias sanitarias y las administraciones europeas, motivado por la presión de la industria de plaguicidas y los grupos de agricultura industrial.
Este verano, el toxicólogo Peter Clausing, de Global 2000, encontró que siete de los doce estudios de cancerogeneidad sobre animales, relacionan la exposición a glifosato y un aumento en la incidencia de tumores.
Según el Dr. Clausing, el glifosato debería haberse clasificado como cancerígeno. Esta clasificación habría ocasionado su prohibición automática.
El glifosato SÍ puede alterar el sistema hormonal
Al peligro de que el glifosato pueda ser cancerígeno, se suman las evidencias de efectos de disrupción endocrina asociados a la exposición de dosis pequeñas de glifosato, incluso a dosis permitidas como residuos de plaguicidas según estudios de literatura independiente.
Un estudio de Gasnier et al 2009 encontró que el glifosato puede tener efectos contrarios a los de hormonas masculinas (antiandrogénicos) a dosis sustancialmente inferiores a las utilizadas en la agricultura y permitidas como residuos mientras como 0,5 mg/kg mientras que a 2 mg/kg tiene efectos anti-estrogénicos (afectan a las hormonas femeninas).
El principio activo del herbicida inventado por Monsanto pueden afectar a la diferenciación sexual, el metabolismo óseo y del hígado, a la reproducción, al desarrollo y al comportamiento, además de relacionarse con cáncer de mama y de próstata.
Más recientemente, un estudio de la Universidad de Indiana ha encontrado evidencias de que el glifosato puede acortar el embarazo y reducir el peso del bebé.
Los efectos de disrupción endocrina atribuidos al glifosato afectan también a animales y ecosistemas, desde insectos polinizadores a animales acuáticos y la biota del suelo.
Para ver más estudios sobre el glifosato y sus efectos, visita el monográfico de Pesticide Action Network Europe, traducido por Ecologistas en Acción.
Votación sobre la renovación del permiso del glifosato
La propuesta que se baraja para este otoño son 10 años de renovación del permiso del glifosato a partir del 1 de enero de 2017.
Posiciones de los estados europeos
La decisión sobre la posible renovación del glifosato se tomará en el Comité de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCOPAFF en inglés) al que irán representantes de todos los estados europeos.
Aún no está clara la fecha del SCOPAFF en el que se votará esta renovación, pero las fechas que se barajan son el 5 o 6 de octubre o 12 o 13 de diciembre.
La Comisión Europea ha pedido a los estados miembro que aclaren sus votos; en caso de votar en contra de la renovación les aconseja que envíen una explicación argumentada de los problemas de salud o ambientales.
Algunos estados, como Francia parece que se opondrán, sobre todo después de que su Ministro de Ecología Nicolas Hulot hiciera pública su oposición al herbicida. Algunas fuentes indican que Portugal también está pensando oponerse a los planes de la Comisión.
A favor del uso de glifosato se encuentran España, Gran Bretaña, República Checa, Rumanía e Irlanda.
Ahora todos los ojos están puestos en Berlín, cuya opinión debe quedar clara después de las elecciones.
La población Europea
A día de hoy, 1.323.431 de europeas y europeos hemos firmado en contra de la renovación del glifosato.
En julio se enviaron más de un millón de firmas con la intención de que la Comisión Europea se vea obligada a dar una respuesta a la población antes de que se reúna el SCOPAFF.
Aún así, la petición sigue abierta, así que ¡aún puedes sumar tu firma!