Foto: Benjamin Medios, THINK Chemical
Un estudio dirigido por la Organización de Consumidores Europea (BEUC) encuentra contaminantes hormonales fluorados en la mitad de los envases de comida rápida analizados.
La Organización de Consumidores Europea (BEUC) ha dirigido, junto a organizaciones de consumo de 5 países entre las que figura la Organización de Consumidores y Usuarios Española (OCU), un estudio para analizar 65 envases de cartón y papel utilizados como envases para comida rápida. Entre los envases sometidos a test se encontraban cajas de cartón de pizzas, envases de hamburguesas, papeles de repostería y bolsas de palomitas.
En cada país se analizaron 13 muestras de marcas como McDonald’s, Burger King, KFC y Starbucks.
La mitad de los envases tienen compuestos tóxicos peligrosos
Los resultados de las pruebas de laboratorio muestran que la mitad de los envases analizados contienen compuestos perfluorados* incluidos en la lista de sustancias muy preocupantes del Reglamento de Sustancias Químicas REACH, como el PFOA (ácido perfluorooctanoico), un disruptor endocrino relacionado con la reducción de la fertilidad y daños al feto.
Para la organización de consumidores europea, el elevado contenido de estos tóxicos encontrado en un tercio de los envases demuestra el uso intencionado por parte de las empresas de comida rápida.
De las 13 muestras analizadas en España y según datos de la OCU, encargada del estudio, solo se encontraron niveles significativos de perfluorados en 3 productos: dos bolsas de palomitas para microondas y un envase de cartón de patatas fritas.
Resultados del estudio. El límite entre nivel alto (rojo) y bajo (amarillo) se sitúa a 100/dm2
¿Por qué preocupan los compuestos perfluorados?
Los compuestos perfluorados son un conjunto de sustancias industriales que se utilizan como recubrimiento de materiales en contacto con alimentos porque repelen la grasa y el agua y, por lo tanto, evitan que los envases se “humedezcan”. También se utilizan para impermeabilizar ropa, como la de montaña.
Pero estas sustancias fluoradas «escapan» del recubrimiento, como indican numerosos estudios y quedan dentro de los alimentos, especialmente en los más grasos, contaminándolos.
Algunas de estas sustancias se comportan como disruptores endocrinos y causan daños a la salud por su capacidad de alterar el funcionamiento normal del sistema hormonal de humanos y fauna silvestre a muy pequeñas dosis.
En concreto, la exposición a compuestos fluorados se relaciona con daños al sistema inmunológico (son inmunodepresores) y su contenido en la sangre de mujeres embarazadas aumenta significativamente el riesgo de aborto espontáneo.
Existen alternativas sin sustancias fluoradas
El hecho de que la mitad de las muestras de envases no contengan estos tóxicos demuestra que es posible utilizar alternativas más seguras.
Un ejemplo es el de la bolsa de palomitas de maíz sin compuestos perfluorados tóxicos inventada por una empresa española, que permitió que este producto volviera a venderse en una cadena de supermercados danesa comprometida con los productos sin tóxicos, como vimos en este post.
Legislación europea
De acuerdo con la legislación vigente en la Unión Europea, los materiales en contacto con alimentos deben ser «seguros e inertes», es decir, no deben afectar a la seguridad de los alimentos.
Los resultados de este estudio ponen de manifiesto la falta de normativa adecuada para las 3.000 sustancias usadas para materiales en contacto con alimentos, de las que sólo 320 están reguladas actualmente, como denuncia la OCU.
* Sustancias que contienen al menos un átomo de flúor. Un subconjunto serían las sustancias alifáticas altamente fluoradas que contienen uno o más átomos de carbono en los que los hidrógenos han sido sustituidos por átomos de flúor. Estos compuestos se denominan sustancias per- y polifluoroalquilo o PFAS.