En el cuerpo de las mascotas se acumulan disruptores endocrinos que pueden afectar a su salud, según un estudio de la Universidad de Estocolmo.
Origen del problema ignífugo
Nuestro muebles, material informático y ropa están cubiertos de unas sustancias químicas denominadas retardantes de llama, pirorretardantes o ignífugas cuya función es evitar que los objetos ardan.
El origen de la moda actual de cubrir cualquier objeto con sustancias ignífugas está en Estados Unidos. Allí, las grandes compañías tabacaleras empezaron a recibir demandas de responsabilidad por incendios causados por colillas de cigarros que accidentalmente quemaban ropa y muebles del hogar.
Cuando las demandas empezaron a ser preocupantes, el lobby del tabaco utilizó su extraordinaria fuerza para obligar a las empresas productoras de ropa y menaje del hogar a cubrir sus productos con estas sustancias.
En la actualidad se utilizan una gran cantidad de retardantes de llama. Muchos de ellos, como los ésteres de bifenilos polibromados (PBDE) son disruptores endocrinos tóxicos para la tiroides.
La comunidad científica y las ONGs están pidiendo que se reduzcan estas sustancias que embadurnan nuestros hogares y que se relacionan con daños al desarrollo cerebral infantil.
Acaban en el polvo de casa
Con el tiempo, estos tóxicos quedan almacenados en el polvo a través del que se exponen los seres humanos y también las mascotas, especialmente los gatos.
Al lamerse o morder cualquier objeto, los gatos introducen estas sustancias químicas en su cuerpo.
El estudio realizado en la Universidad de Estocolmo es el primero en establecer la relación entre los niveles de retardantes de llama presentes en los fluidos corporales de los gatos y el nivel de los mismos en el polvo.
Para realizar el estudio se tomaron simultáneamente muestras de polvo y de sangre de gatos que viven la mayor parte del tiempo dentro del hogar. A continuación, buscaron retardantes de llama bromados y clorados en las muestras, en las que encontraron tanto sustancias químicas permitidas en la actualidad como tóxicos prohibidos durante décadas, como el DDT.
Consejos para protegeros a ti y a tu mascota
El polvo es una fuente insospechada de exposición a sustancias químicas cargada de disruptores endocrinos como retardantes de llama, ftalatos o sustancias fluoradas.
Los siguientes consejos pueden ayudar a reducir la exposición:
- Ventila bien tu casa todos los días, incluso varias veces al día.
- Friega el suelo y limpia el polvo frecuentemente con un trapo húmedo.
- Quítate los zapatos y la ropa de trabajo al entrar y pon felpudo en la puerta.
- No uses pesticidas (insecticidas, bactericidas, etc), ni fumes en casa.
- Reduce paulatinamente el uso de materiales sintéticos. En cuanto a este último punto, aquí os dejamos una lista de los disruptores endocrinos y los objetos del hogar en donde pueden encontrarse.
- Piroretardantes en aparatos eléctricos y electrónicos.
- Ftalatos como el DEHP, en productos de PVC como moquetas, ventanas, cortinas de baño…
- Compuestos orgánicos volátiles en pinturas y barnices.
- Formaldehídos en los muebles de madera fabricados con conglomerados
- Alquilfenoles en la ropa y en detergentes.
Por supuesto, algunas sustancias que respiramos en el hogar, proceden de fuentes externas y no deliberadas, como el tráfico, industrias cercanas o pesticidas, en zonas rurales. Pero las concentraciones en el interior son más elevadas que en el exterior, de ahí la importancia de ventilar.