Un nuevo método desarrollado por investigadores del cáncer de mama del Instituto de Investigación Scripps de Florida permitirá tomar instantáneas de cómo los contaminantes hormonales pueden producir infertilidad, daños al desarrollo, pubertad precoz y en particular, cáncer de mama.
La investigación ha desarrollado una nueva técnica que permite fotografiar, con gran resolución, las primeras fases de la perturbación que los contaminantes hormonales, en particular los «estrógenos ambientales» generan en las células mamarias.
Los «estrógenos ambientales» o «xenoestrógenos«, son un tipo de disruptores endocrinos que engañan y bloquean los receptores celulares a los que se unen las hormonas femeninas llamadas estrógenos. Este engaño puede generar graves alteraciones en la salud de la persona expuesta, desde infertilidad a daños en el desarrollo, pubertad precoz y… cáncer de mama.
Son numerosos los estudios que relacionan la exposición a xenoestrógenos con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Muy cercano y reciente es el estudio del equipo de Nicolás Olea, Director del Departamento de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, que encuentra una «fuerte asociación» entre la cantidad de xenoestrógenos acumulados en el suero corporal humano y un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
El auténtico reto es la prevención
La nueva investigación, que permitirá detectar las primeras fases de disrupción hormonal y facilitará el tratamiento del cáncer de mama, es una gran noticia en una Europa en la que 1 de cada 8 mujeres tendremos cáncer de mama a lo largo de nuestra vida. Sólo en España se diagnostican 25.000 nuevos casos al año.
Sin embargo, el auténtico reto es la prevención, ya que 2 de cada 3 casos de cáncer están relacionados con el medio ambiente
Necesitamos una normativa que nos proteja
El próximo mes de febrero, los estados europeos votarán una propuesta de la Comisión sobre contaminantes hormonales, que permitirá que estos tóxicos sigan en los plaguicidas y también en los productos habituales (de limpieza, cosméticos, envases alimentarios…).
España, hasta el momento, ha votado en contra de esta propuesta, aunque puede que cambie de opinión por el desgaste que supone la continua presión de la Comisión y de las grandes industrias productoras (industria petroquímica, pesticida, cosmética y alimentaria).
Si la propuesta sigue adelante, la salud pública y el medio ambiente europeos se verán gravemente amenazados.
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