Se llama «amatofobia» al miedo al polvo. No se trata de llegar a ese extremo, pero sí es importante saber lo que dicen estudios científicos recientes sobre las sustancias que flotan en el aire de nuestras casas, oficinas y escuelas y que se concentran en pelusas y capas de polvo.
Detrás de este tipo de contaminación se encuentran, además del humo de tabaco, sustancias químicas sintéticas como los plastificantes y los retardantes de llama habitualmente utilizados en la fabricación de muebles, barnices y materiales de construcción. Desde los muebles y las paredes, los contaminantes pasan al aire y se depositan en forma de polvo. De ahí los podemos ingerir o respirar, en particular los niños pequeños que aún gatean y se llevan objetos a la boca.
Muchas de estas sustancias son persistentes (no se degradan) y bioacumulables (su concentración aumenta en nuestros cuerpos porque excretarlos es muy difícil). Y muchas también son contaminantes hormonales, conocidos como disruptores endocrinos o EDCs, por sus siglas en inglés.
Estos son 3 de los contaminantes hormonales más habituales en el polvo:
1 Retardantes de llama
Utilizados en muebles, textiles y material electrónico, para evitar que ardan. Un estudio realizado en Barcelona en 2016 demuestra la presencia de una amplia gama de retardantes de llama bromados y organofosforados en el polvo de domicilios, escuelas y teatros.
Un tipo de compuestos encontrados en este estudio, que preocupan en particular, son los PBDE o polibromodifenil éteres, conocidos por su persistencia, su acumulación en la cadena trófica y por afectar al funcionamiento de la tiroides, al desarrollo neuronal y porque estudios de laboratorio los relacionan con determinados tipos de cáncer.
Algunos PBDE ya han sido prohibidos, pero otros, como el DecaBDE aún se utilizan aunque la presión de organizaciones, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, ha hecho que la Unión Europea esté decidiendo sobre la restricción de esta sustancia. De producirse la restricción, llegará después de demasiados años de exposición al tóxico.
2 Plastificantes: Ftalatos
Otro grupo de compuestos químicos que se encuentran en el polvo de casa y que pueden alterar nuestro sistema hormonal. Se utilizan en la fabricación de plásticos como el PVC (utilizado en alfombras y moquetas) y también son habituales en la fabricación de envases alimentarios, como tapers o botellas de agua (cuyo uso se recomienda evitar en la medida de lo posible).
La migración de los ftalatos del material plástico al aire o a los alimentos, según el caso, aumenta con la temperatura y la radiación. Por esta razón, se recomienda no utilizar moqueta de PVC (en especial en las casas con suelo radiante), no calentar la comida en envases de plástico ni dejar las botellas de plástico al sol.
3 PFCs (Sustancias perfluoradas)
Un grupo de sustancias utilizadas para impermeabilizar la ropa, muy habituales en ropa de monte. Pero también se utilizan en materiales en contacto con alimentos, para evitar que el alimento se adhiera a altas temperaturas. Por ejemplo, se utilizan en las bolsas de palomitas y forman parte del material habitual de las sartenes antiadherentes.
Además de ser persistentes y bioacumulables (se han encontrado en la sangre de osos polares), las investigaciones los relacionan con daños al sistema inmunitario, cáncer de próstata, riñón y testículos.
¿Qué podemos hacer?
Podemos reducir parte de la exposición limpiando habitualmente el polvo, ventilando nuestras viviendas y lugares de trabajo y evitando, en la medida de lo posible, los productos del hogar que contienen contaminantes hormonales, que podrás encontrar en este blog.
Pero, paralelamente, debemos exigir a las autoridades que eliminen estas sustancias tóxicas de los productos de nuestra vida diaria. En este momento, Europa está en pleno proceso de decisión sobre el futuro de los contaminantes hormonales en plaguicidas y biocidas, y por extensión en otros productos de nuestro día a día. La primera reunión se celebrará el 21 de septiembre.
Contamos con todas y todos para que esta información se comparta y hagamos ver a los representantes españoles que asistirán a la reunión del día 21 nuestro interés por proteger nuestra salud.
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