Los contaminantes hormonales pueden generar desórdenes en la reproducción y causar dolor y molestias a cientos de miles de mujeres, además de causar un coste económico y social.
Europa gasta 1.400 millones de euros al año por el de tratamiento médico y la pérdida de productividad debidos a la endometriosis y los fibromas de útero causados por dos disruptores endocrinos, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, liderado por el Dr. Leonard Trasande, Profesor de Pediatría, Medicina Ambiental y Salud de la Población.
En concreto, el estudio analiza los costes asociados a la fibromatosis uterina (tumores benignos o miomas que pueden contribuir a la pérdida de fertilidad) y a la endometriosis (dolor causado por el crecimiento anómalo del tejido del útero). El 70% de las europeas sufren al menos uno de estos desórdenes, o los dos.
Según el Dr. Trasande, el coste real puede ser aún mayor que el estimado, ya que la investigación se centra sólo en dos desórdenes, dejando fuera del estudio otros, como el síndrome de ovarios poliquísticos.
Además, del total de contaminantes hormonales a los que se expone la población, el estudio analiza sólo dos, el pesticida DDE y el ftalato DEHP, para los que la evidencia científica de su relación con estas enfermedades es robusta.
- DDE: el estudio relaciona 56.700 casos de fibromatosis diagnosticados en 2010 con la exposición a DDE. El DDE es un subproducto del pesticida DDT (prohibido en Europa) que se encuentra en los tejidos de todos los europeos y el medio ambiente debido a su persistencia. El estudio ha tomado los datos de exposición de los cordones umbilicales cedidos por madres de toda Europa.
- DEHP: Ftalato relacionado con 145.000 casos de endometriosis diagnosticados en 2010. Los ftalatos son de uso habitual en plásticos y cosmética, aunque el DEHP ha sido prohibido en juguetes y en artículos de cuidado infantil dada su toxicidad aunque ahora se está decidiendo su posible vuelta al mercado en productos reciclados de PVC. Los datos del estudio proceden de muestras de orina de mujeres europeas.
Este estudio añade 1.400 millones de euros anuales a los 157.000 millones de euros que cuesta a Europa la exposición a contaminantes hormonales, según el análisis económico de la Sociedad Endocrina.
La principal conclusión del estudio es la necesidad de prevención. Proteger a las mujeres de la exposición a los contaminantes hormonales puede reducir sustancialmente los ratios de enfermedad y rebajar los gastos médicos y otros costes sociales
Corresponde a Europa no comerciar con la salud de su población por permitir a las industrias el uso de sustancias tóxicas en pesticidas, en plásticos y en otros usos, cuando existen alternativas más seguras.
Según el Dr. Trasande: «Reconocemos que este análisis es sólo la punta del iceberg. Cada vez más evidencias sugieren que la exposición a EDCs se relaciona con una creciente gama de problemas reproductivos femeninos, como el síndrome de ovarios poliquísticos, infertilidad y complicaciones durante el embarazo».