Los investigadores ilustran el efecto cóctel con la fórmula 0 + 0 + 0 = 7, ya que éste es el resultado que obtienen al estudiar cómo el efecto combinado de varios contaminantes hormonales EDCs, en cantidades teóricamente no tóxicas y legales, originan un efecto tóxico para la salud.
No hay cantidades seguras para los alteradores hormonales
Los disruptores endocrinos, (EDCs), están a nuestro alrededor en multitud de objetos de uso diario, como envases alimentarios, cosméticos, electrónica, productos de limpieza, muebles, juguetes y restos de pesticidas en alimentos. Las autoridades se encargan de que la cantidad de cada uno de ellos en estos productos se encuentren por debajo de un umbral de exposición “seguro”, que no genera efectos observables según los estudios de laboratorio.
Pero algo falla en esta estrategia, cuando los daños en la salud humana y en la fauna silvestre relacionados con daños en el sistema endocrino aumentan a nivel mundial. Son muchos los ejemplos, como la pérdida de fertilidad, daños en el desarrollo embrionario, aumento de la diabetes, obesidad y cardiopatías, daños en el sistema inmune, alergias o cáncer en órganos dependientes de las hormonas.
La primera crítica a la forma en que las autoridades legislan los alteradores hormonales es su obstinación por fijar un umbral mínimo seguro. Los disruptores endocrinos, al actuar de forma semejante a las hormonas endógenas, tienen efectos a bajísimas concentraciones. De ahí que los valores de seguridad, llamados NOEC (No Observed Effect Concentration, por sus siglas en inglés) no sean válidos para este tipo de tóxicos y la única opción deseable es que se eliminen de los productos en su totalidad. Por esta razón organizaciones internacionales como la Sociedad de Endocrinología afirman que “no puede asumirse un umbral de exposición seguro para los alteradores hormonales». (Para ver entrada en el blog con más información sobre niveles seguros para los EDCs siga este link)
“Inofensivos” por separado, tóxicos juntos: efecto cóctel
Otra crítica a la forma de legislar estos contaminantes es que la mayoría de los estudios toxicológicos en que se basa la industria, se realizan teniendo en cuenta cada tóxico por separado. Este criterio para fijar las cantidades de contaminantes en el mercado no es realista, ya que hoy en día todos nos encontramos expuestos a una mezcla compleja de pequeñas cantidades de disruptores hormonales. Y además, no tiene en cuenta el llamado efecto cóctel. Este efecto muestra que las sustancias químicas en una mezcla compleja, como ocurre en la realidad, interactúan entre ellas, produciendo un efecto sinérgico o multiplicador que presenta efectos mayores a los de los contaminantes por separado. (Para ver entrada en el blog con más información sobre el efecto cóctel, siga este link).
Los resultados de los estudios científicos que evalúan el efecto cóctel son claros en cuanto a los efectos nocivos de las mezclas. Por ejemplo, el estudio de Carvalho, Raquel N. et al. Mixtures of chemical pollutants at European legislation safety concentrations: how safe are they? publicado en la revista científica Toxicological Sciences en 2014, examina los efectos en organismos de diferentes niveles tróficos de dos mezclas de 14 y 19 tóxicos, entre los que se encontraban pesticidas, productos farmacéuticos, metales pesados, plastificantes (como el ftalato DEHP y BPA) y surfactantes, todos ellos a niveles permitidos por la legislación europea. Las mezclas presentaron efectos tóxicos cuantificables, a pesar de estar formadas por sustancias químicas en cantidades que aparentemente no tenían estos efectos. (Ver estudio).
«Estos resultados cuestionan seriamente el paradigma actual para conseguir la salud de los químicos en el ambiente y demuestran que las concentraciones de seguridad legales puede que no provean la protección suficiente cuando hay presentes múltiples productos químicos»
Figura del estudio.
(a) Embrión de pez control.
(b) Embrión expuesto a la mezcla de 14 sustancias muestra menor desarrollo, falta de vejiga nataroria y cabeza deforme.
(c) Embrión con la misma exposición pero con malformación más exajerada en la zona anal.
(d) Arriba embrión control y debajo embrión expuesto a la mezcla de 19 contaminantes, con deformación en el intestino, que es la deformación encontrada con mayor frecuencia, señalada por la flecha.
Otros estudios semejantes, como el realizado por Nissanka Rajapakse, del Centro de Toxicología de la Escuela de Farmacia de Londres, «Combining Xenoestrogens at Levels below Individual No-Observed-Effect Concentrations Dramatically Enhances Steroid Hormone Action» muestran que el efecto de la mezcla de 11 xenoestrógenos, o disruptores endocrinos como parabenos o Bisfenol A, a concentraciones por debajo del umbral sin efecto observable NOEC, genera en conjunto efectos «dramáticos».
En conclusión, la legislación de los alteradores hormonales debe tener en cuenta que en la vida real nos exponemos a una mezcla variable de multitud de contaminantes que, no sólo no tienen un umbral de seguridad real, sino que presentan efectos dañinos multiplicados cuando están juntos en el ambiente.