La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), que depende de la Organización Mundial de la Salud, cede a las evidencias científicas y clasifica el insecticida lindano como «cancerígeno para los seres humanos», dentro del Grupo 1, donde se encuentran los contaminantes más peligrosos.
Según la IARC, «los grandes estudios epidemiológicos de las exposiciones agrícolas en Estados Unidos y Canadá mostraron un mayor riesgo de Linfoma No Hodgkin en las personas expuestas al lindano, hasta un 60 por ciento más».
El lindano (γ-isómero del hexaclorociclohexano) es un Compuesto Orgánico Persistente, que se absorbe por cualquier vía, se acumula, no se biodegrada y causa múltiples daños, como tumores o alteración del funcionamiento hormonal. Y es peligroso a bajísimas concentraciones, no hay que olvidar que se creó precisamente para eso…
Este insecticida se utilizó extensamente hace años para el control de plagas en agricultura y para matar piojos en humanos. Aunque se prohibió su uso en Europa, en España tenemos el «honor» de tener unas de las zonas más contaminadas con lindano del mundo. Y esto se debe a que las empresas productoras, como Inquinosa, depositaron durante años los residuos de su producción en vertederos no preparados y sin autorización. Las consecuencias de aquellos delitos las sufren ciudadanos como los de Barakaldo, donde 100.000 familias han estado expuestas durante años al lindano que contaminaba el agua potable de sus grifos. O los de Sabiñánigo, en cuyos vertederos Inquinosa abandonó de 115.000 y 160.000 toneladas de residuos tóxicos, amenazando al río Gállego y al Ebro. O los del pueblo de Porriño en Vigo, en donde se construyeron casas de protección oficial sobre un vertedero ilegal de lindano. O los de Borobia, en Soria, en donde escondieron grandes cantidades de este pesticida y ahora sale por los manantiales. Por cierto, ninguna empresa ha pagado la descontaminación de esas zonas.
Esperamos que la nueva clasificación del lindano por la IARC, que debe ser tenida en cuenta por las autoridades, pueda ser utilizada para forzar a las administraciones a tomar medidas reales de protección de la población y el entorno. No se puede seguir escondiendo el lindano debajo de la alfombra.