Los tickets de compra que contienen bisfenol A son representan un riesgo de intoxicación para las trabajadoras que están en contacto continuo con este tipo de papel térmico. Es una de las conclusiones del informe realizado por el Comité de Evaluación de Riesgos de la Agencia Europea de Sustancias Químicas en donde se recomienda limitar el uso del bisfenol A.
La recomendación de este informe del RAC (el Comité de Evaluación de Riesgos de la ECHA) contradice el comunicado de prensa del pasado mes de enero de otra agencia europea, la EFSA, que afirmaba que el bisfenol A no suponía ningún riesgo para la salud. La ONG ChemTrust pidió en su momento explicaciones a la EFSA por este comunicado, al considerar que no se ajustaba al contenido real del estudio al que se refería. En dicho estudio se hablaba de riesgo bajo, pero no de ausencia de riesgo, así como de la existencia de importantes incertidumbres sobre la toxicidad del bisfenol A. El nuevo informe, ahora de la ECHA, la Agencia Europea de Sustancias Químicas, despeja una de esas incertidumbres y confirma que sí existen riesgos, como mínimo, para determinadas personas.
El bisfenol A (BPA) es un contaminante hormonal (también llamado EDC o disruptor endocrino) que produce efectos adversos metabólicos, neuroconductuales y en las glándulas mamarias. Los efectos adversos sobre los hijos se producen por su exposición durante el embarazo.
La recomendación de la ECHA de limitar el uso de bisfenol A podría no hacerse efectiva hasta 2019, dado que, antes de llegar a la Comisión Europea, la propuesta tiene que seguir su curso a través de otros órganos. Así que, mientras la Unión Europea siga regulando los disruptores endocrinos a paso de tortuga, muchas personas seguirán expuestas innecesariamente a contaminantes hormonales a través de objetos cotidianos, aparentemente inofensivos, como el ticket de la compra.