El Reglamento de Plaguicidas (1107/2009) y el Reglamento de Biocidas (528/2012) prohíben el uso de contaminantes hormonales como sustancias activas de estos productos. Sin embargo, esta normativa, que intenta proteger la salud humana y el medio ambiente, no se aplica. El motivo es que no tenemos unos criterios oficiales que definan qué sustancias son contaminantes hormonales (también llamadas alteradores hormonales, disruptores endocrinos o EDC).
Los Reglamentos establecían la obligación de que la Comisión Europea aprobase los criterios antes del fin del año 2013. El grupo de expertos, coordinado por el Centro Común de Investigación (JRC) encargado de proponer estos criterios, entregó su propuesta en el verano de 2013. Sin embargo, la Comisión decidió congelar cualquier medida hasta pasadas las elecciones europeas en la confianza de que el nuevo Parlamento Europeo y la nueva Comisión serían menos favorables a regular estas sustancias.
Así ha sido, la nueva Comisión decidió en primer lugar trasladar la responsabilidad desde la Dirección General de Medio Ambiente a la de Salud, mucho más reacia a la regulación de sustancias tóxicas. Después, en respuesta a la presión de la industria, decidió realizar un estudio socio-económico del impacto que tendría la aplicación de los criterios propuestos por los expertos sobre la industria de plaguicidas y biocidas. El estudió comenzó con una consulta pública, lanzada a finales de 2014, se pedían comentarios sobre la aplicación de otros criterios, propuestos por la industria, que reducirían notablemente el número de sustancias reguladas.
Las ONG lanzamos una campaña de recogida de firmas “Di no a los alteradores hormonales” en la que participaron 20.000 ciudadanos europeos pidiendo la regulación inmediata de los alteradores hormonales.
Ahora la Comisión ha organizado varias mesas redondas para explicar cómo va a hacer el estudio.
En la presentación que hizo ante ONG, industria y otras organizaciones, explicaron que van a encargar a una consultora el estudio de qué sustancias serían reguladas según los diferentes criterios y con los resultados harán el estudio socio-económico, que podría estar listo en junio de 2016 para comentarios.
En respuesta a preguntas de las ONG, la Comisión ha contestado que no contemplan hacer público el estudio de la consultora ni tampoco evaluar los impactos sobre la salud y el medio ambiente de la exposición a mezclas de contaminantes hormonales (EDC), que es la situación real de exposición de la población y el medio ambiente. La evaluación de sustancias individuales, subestima los riesgos reales de los alteradores hormonales, tal como advierte un informe de la OMS .
Desde Ecologistas en Acción pedimos a los representantes de España que expresaran su rechazo a las medidas de la Comisión en la reunión que mantuvo con los Estados el pasado 24 de abril.
La industria ha ganado como mínimo otros 3 años y, si las negociaciones del TTIP siguen adelante, defendiendo su propuesta de frenar la regulación de los EDC, quizás no veamos la aplicación de la normativa de plaguicidas y biocidas en Europa. Entretanto, el Gobierno español sigue ignorando el problema.