El peligro de los tóxicos eternos PFAS en alimentos

PFAS en alimentos

PFAS en alimentos: Una nueva investigación revela que el 69% del pescado y el 39% de los huevos analizados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria están contaminados por los llamados ‘tóxicos eternos’ o PFAS.

Los PFAS o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas también se conocen como ‘tóxicos eternos’ debido a su persistencia en el medio ambiente.

Aunque nos exponemos a PFAS en objetos habituales, desde sustancias antiadherentes en utensilios de cocina a ropa impermeable, los datos sobre PFAS en alimentos, principal vía de exposición, siguen siendo extremadamente insuficientes, como denuncia el siguiente informe.

Tóxicos PFAS en alimentos

La organización francesa Générations Futures ha recopilado análisis oficiales de cuatro países europeos (Dinamarca, Países Bajos, Alemania y Francia) de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria con el objetivo de tener una perspectiva de la contaminación por PFAS en alimentos consumidos en la Unión Europea.

Según la investigación, el 69% del pescado consumido contiene al menos uno de los cuatro PFAS regulados en la Unión Europea (PFOS, PFOA, PFNA y PFHxS). No solo eso, el pescado también tiene los niveles más altos de estos tóxicos.

El porcentaje de PFAS en alimentos como huevos asciende al 39% y al 23% y 14% de la leche y de la carne, respectivamente.

PFAS en alimentos

Generalmente, frutas y las verduras están menos contaminadas aunque no debemos olvidar que también llegan a ellas los plaguicidas PFAS. En los últimos análisis realizados en los alimentos consumidos en España, se detectaron 15 de estos plaguicidas, siendo el fungicida fluopyram y el insecticida lambda cyhalothrin los más habituales.

De los cuatro PFAS regulados, el cancerígeno PFOS es el más habitual, presente en el 63% de los alimentos contaminados.

Los PFAS en alimentos representan la principal vía de exposición a estos tóxicos para la población.

Pero aún hay más PFAS en alimentos

Por desgracia, la realidad es más preocupante porque los anteriores datos reflejan una parte del problema, ya que:

  1. estos datos se refieren solo a 4 PFAS, los que se analizan porque tienen límites reglamentarios (PFOS, PFOA, PFNA y PFHxS). Pero hay otros 10.000 PFAS que no se están analizando.
  2. Además, se refieren a un número limitado de alimentos analizados (carne, pescado, crustáceos, moluscos y huevos), que no cubren toda nuestra dieta.

El porcentaje de contaminación por PFAS en alimentos es incluso mayor.

Límites legales inadecuados

Veamos dos ejemplos aportados por Générations Futures para demostrar que los actuales límites de PFAS en alimentos ponen en riesgo a la población:

  • un huevo con los límites actuales de PFAS expone a un niño de 4 años al 140% de la ingesta semanal tolerable (ITT) o,
  • 500 g de carne, con los límites actuales, equivaldrían a 2,5 veces la ingesta semanal tolerable para un adulto de 60 kg.

Es decir, con los límites actuales, los PFAS en alimentos son un riesgo para la población, que supera con facilidad la ingesta semanal tolerable (ITT) establecida en 2020 por la EFSA.

Según la organización francesa, los límites legales actuales se dejaron deliberadamente elevados para ‘proteger los intereses económicos de los sectores’.

Medidas urgentes frente a los PFAS

La contaminación por PFAS en Europa es enorme, como muestra el siguiente mapa de lugares contaminados publicado por la investigación periodística ‘Forever Lobbying’:

PFAS en alimentos

Ante la gravedad de esta contaminación con sustancias relacionadas con enfermedades como cáncer, daños al desarrollo y daños al sistema hormonal, la solución lógica es detener las emisiones de estos tóxicos.

En la Unión Europea se está debatiendo la restricción universal de PFAS en el marco del reglamento REACH. Ecologistas en Acción junto con otras organizaciones está presionando a las instituciones españolas para que España apoye esta restricción, sin ceder a las presiones de los lobbys productores y comercializadores.

Pero los PFAS son extremadamente persistentes, así que aunque se restrinja su producción, la Unión Europea debe seguir analizando la presencia de estos tóxicos eternos en un número mayor y más realista de alimentos, incluidas frutas, verduras, cereales, productos lácteos y alimentos para bebés.

Por último, las instituciones europeas deben revisar los actuales límites legales de PFAS en alimentos, para que protejan de verdad a la población, especialmente la infantil.

La clase política debe actuar porque los PFAS o tóxicos eternos también contaminan ya la sangre de las y los políticos que se están resistiendo a prohibirlos.

Algunas, como la Comisaria Jessika Orwall, están de acuerdo.

PFAS en alimentos

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