Santi Donaire / Proyecto «Hasta que la tierra aguante»
La población europea no quiere jugar con los plaguicidas: al 81,8% le preocupa su impacto medioambiental y al 75,9% su impacto en la salud.
Los plaguicidas preocupan
Un informe de la organización Red de Acción contra los Pesticidas Europa presenta una encuesta de opinión sobre agricultura, producción de alimentos y los plaguicidas realizada a habitantes de 6 estados europeos, entre ellos España. La encuesta fue realizada en agosto de 2023 por la agencia de estudios de mercado Ipsos, en España, Dinamarca, Francia, Alemania, Polonia y Rumanía.
La encuesta revela que la población europea está muy preocupada por el uso de plaguicidas y sus efectos sobre la salud y el medio ambiente.
Según las respuestas, en los 6 países europeos, al 79,5% de las personas encuestadas les preocupan los impactos medioambientales de la agricultura y los métodos de producción de alimentos. Ese porcentaje sube a un elevado 83,7% en España.
Refiriéndose más concretamente a los plaguicidas, al 81,8% le preocupa su impacto medioambiental. El impacto de los pesticidas en la salud de las personas encuestadas y sus familias preocupa al 75,9% (un 80% en España).
La seguridad de los alimentos preocupa al 75,0% de las y los encuestados. Y algo que no sorprende: el 89,8% se mostraron preocupados por el precio de los alimentos.
¿Qué solución ve la gente?
La prevención gana.
Los participantes en la encuesta expresaron una marcada preferencia por un planteamiento preventivo: el 59,0% está de acuerdo en que los agricultores deben utilizar siempre los métodos de prevención o control de plagas que entrañen menos riesgos para la salud humana y el medio ambiente, so pena de perder el acceso a las ayudas financieras de la UE.
Llama la atención que el 73,2% de los encuestados está a favor de que las normas de Gestión Integrada de Plagas (GIP) sean obligatorias para los agricultores. Y llama la atención porque la GIP o conjunto de normas destinadas a prevenir plagas y reducir la necesidad de plaguicidas ya son obligatorias desde 2014. Según estas normas, los plaguicidas se utilizan solo como último recurso, si es necesario, después de haber probado todas las demás medidas.
Puede que la población desconozca que la GIP es obligatoria porque los estados europeos no la aplican. Sin duda, un hecho que debe cambiar.
En cuanto a la prohibición de alguna sustancia plaguicida, el 85% está a favor de detener el uso de un plaguicida específico hasta que se sepa más si surgen nuevas pruebas científicas que indiquen que puede causar daños a la salud humana y/o al medio ambiente.
La mayoría de las personas encuestadas (61,9%) cree que el glifosato debe prohibirse en la UE. En España, el porcentaje baja al 57,3%.
El turno de la clase política
A partir de los resultados de la encuesta, el informe recomienda a los responsables políticos:
En primer lugar, aplicar el principio de cautela, tal como exige la legislación de la UE, para garantizar un alto nivel de protección de la salud humana y el medio ambiente.
También reforzar y proteger los objetivos de reducción de plaguicidas que recoge la propuesta de Reglamento sobre el uso sostenible de los productos fitosanitarios que se expondrá en noviembre de 2023 en el Parlamento Europeo.
Por último, apoyar la prohibición del glifosato, dado el elevado nivel de contaminación actual mostrado en informes como ‘Nadando en glifosato’, además de las pruebas científicas sustanciales sobre sus riesgos para la salud humana y el medio ambiente.
En resumen, la población pide a las y los políticos que trasladen con su voto el alto nivel de preocupación por los riesgos para la alimentación, la salud y el medio ambiente y apoyen un enfoque de precaución en la regulación y el uso de plaguicidas, incluida la prohibición.